El inicio de un nuevo ciclo escolar se avecina, y esto trae consigo, sumergirnos en la ardua tarea de la compra de nuevos útiles escolares. Equipar a nuestros/as infantes de útiles y uniformes escolares es un gasto que papá y mamá tenemos que hacer cada año. Además de la ardua tarea de enseñar a nuestros pequeños/as a protegerlos.
Para lograr que los útiles sean valorados por nuestros hijos/as, es aconsejable inculcar el hábito de cuidar sus libros, cuadernos y lápices, ya que este aprendizaje les será útil a lo largo de su vida, y además les enseñará a apreciar y mantener lo que tienen.
En realidad, en la República Dominicana todavía no hay una marcada cultura de ahorro y menos de este tipo, por lo que podría decirse que son mínimos los padres que guardan de sus ingresos para esos fines, sin embargo, la clave para no endeudarse en estos tiempos, debería ser elaborar un presupuesto previo que contemple los diversos útiles escolares que necesitarán los hijos, pero para eso necesitamos también la ayuda de los centros educativos, para que planifiquen con suficiente anticipación la lista de los libros y materiales del año siguiente, y no lo dejen para publicarlo en estos meses, pues así no será posible planificar un presupuesto certero con los gastos que implicarían estas fechas.
Mientras tanto, no nos queda de otra que asumir como truco, el leer con detenimiento la lista de útiles del colegio y elaborar una lista de compras. Además debemos evitar comprar a las carreras, esto le enseñará a nuestros hijos/as a que deben ser organizados. En este paso conviene identificar las estrategias que puedan servir a la familia para mantenerse coordinados y a la vez, descubrir la mejor forma de ahorrar en ciertos productos.
Por citar un ejemplo: deberá realizarse una lista por cada hijo de la familia y comparar para analizar qué artículos se repiten, cuáles podrían reutilizarse del año anterior y explorar los libros que se puedan heredar del hermano mayor. De esa forma, se evitará comprar doble por materiales, reutilizando los que ya se adquirieron con anterioridad.
El regreso de los hijos a clases debería ser una buena forma de compartir un tiempo juntos, por eso me gusta mucho la idea de aprovechar e involucrarlos en este proceso de compra para darles opciones a escoger sus cosas que le gusten y le hagan sentir cómodos, y a la vez, hacerles entender el esfuerzo que hacen los padres para brindarles una educación de calidad.
Para los niños, volver al colegio después de casi tres meses de vacaciones, con la emoción de entrar a un nuevo curso y reencontrarse con sus amigos, debería ser una rutina más a la que se adapten fácilmente, casi sin ningún problema. Sin embargo, para otros la vuelta a clases podría transformarse en una tortura. Las compras de última hora, los padres despiertos hasta tarde haciendo cosas de este proceso de regreso a clases y niños sin ganas de ponerse el uniforme en la mañana, podrían ser algunos de los síntomas que pueden afectar la convivencia familiar.
La idea es que los padres trasmitan a sus hijos que la vuelta a clases implica aprender en forma entretenida, compartir, jugar con los compañeros, sentirse acompañado, es decir, darle un sentido.