Madrid, (EFE).- Tan sólo han pasado cuatro años desde que David Bisbal, tras su paso por Operación Triunfo, debutara con “Corazón latino”; poco tiempo, pero muchas cosas han sucedido en la vida de este joven español, convertido de la noche a la mañana en una estrella que dice disfrutar del éxito porque su vida es la música.

Echa de menos “tomar como antes una caña (vaso de cerveza) con los amigos”, según confiesa en una entrevista con Efe, aunque todo esto le merece la pena, y no hay nada más que ver cómo defiende su nuevo trabajo, “Premonición”, al que está entregado en cuerpo y alma.

Cinco meses se tomó de descanso al terminar la gira de “Bulería” y lo hizo después de vender en todo el mundo tres millones de discos. Ese descanso le sirvió para volver a Almería, su tierra del sur de España, y tener las “ideas muy claras” respecto al sentido que quería que tomase su carrera, consciente de que “hay mucha gente que intenta ponerte la zancadilla”.

“Quería -comenta- un disco al 100 por cien David. Entre el primero y el segundo no se había producido ninguna transición, eran dos discos continuistas y ahora necesitaba un álbum hecho por y para el directo, que sonara tal y como iba a sonar en el escenario”, por eso en “Premonición”, que sale mañana, martes, a la venta, hay “mucha guitarra eléctrica, mucho bajo y batería”.

David ha trabajado codo con codo con los cinco productores de “Premonición”, Kike Santander, Daniel Betancourt, DJ Sammy, Sebastián Krys y Ric Wake, consiguiendo así “un disco que no abandona los sonidos de la tierra, pero se acerca mucho al pop e, incluso, ofrece ciertos aires de hip-hop y rap, sin olvidar la parte latina, tendiendo así la mano a los anteriores trabajos”.

Bisbal también se ha volcado en la parte creativa y, “después de que pasaran cientos de canciones” por sus manos, sintió “la necesidad de contar” lo que llevaba dentro; de ahí que escribiera un total de dieciséis temas, de los que siete forman parte de los doce cortes del disco.

Asegura que si hay una canción con la que se identifica es con “Amar es lo que quiero”, escrita por David Demaría, ya que es en la que deja bien claro el mensaje que quiere transmitir, con frases como: “vivir tras la opresión del egoísmo, de veras no es vivir; vivir sin ilusión ante el destino de nuestro caminar; vivir ante fronteras con la ley de un Dios cual sea, para mi eso no es vivir”.

“Es mi disco más personal”, reconoce, de ahí que haya temas como “Soldado de papel” o “Torre de Babel”, en los que, por primera vez, se aleja del romanticismo de éxitos como “Ave María” o “Lloraré las penas”, y muestra su lado más comprometido.

Las guitarras españolas de Tomatito y Vicente Amigo, la colaboración de los reyes del reggaeton Wisin y Yandel, Dan Warner, Lee Levin y John Falcone, son algunos de los músicos con los que ha trabajado estos meses Bisbal, además de con Jaime de Laiguana, el fotógrafo de toda estrella latina que se precie actualmente, que ha conseguido colgarle de las cuerdas en la portada y cubrir sus ya clásicos rizos bajo un sombrero.

   Y es que Bisbal asegura “estar colgado, pero de la música”, y ya sueña con volver a los escenarios en primavera, con una gira que “será grande en España” y que “irá creciendo poco a poco en América”, en donde David ya tiene un público muy fiel.