Madrid. David Bustamante, un niño sin estudios de un pequeño pueblo del norte de España, tenía «99 posibilidades frente a una” de triunfar como artista, pero un programa televisivo le dio la oportunidad y, según cuenta en su biografía, 14 años y 900 conciertos después, descubrió que “actuar es como hacer el amor».
“Mis 33 años no son los 33 años de una vida normal, he vivido muchísimas experiencias y un cambio que en teoría no estaba al alcance de mis manos”, explicó hoy a Efe en una entrevista en Madrid por la publicación en primer persona de “El sueño se hizo realidad» (Libros Cúpula).
Allí cuenta que no fue hasta las 12 años cuando reveló a su entorno que sabía cantar y que durante mucho tiempo esa pasión convivió con otro sueño, el de ser futbolista.
“Fui capitán de la selección cántabra y jugué en un filial del Racing de Santander. Con 17 años me llamó el Atlético de Madrid para fichar por el tercer equipo. Pero rápidamente una pasión pudo con la otra y al final estoy muy conforme con la decisión que tomé”, asegura.
¿Y si pudiera cambiar todo el éxito que ha tenido como cantante por una vida similar como as del balón? “Me encantaría vivir la experiencia de futbolista, pero no podría prescindir de lo que tengo ahora. Me hace muy feliz”, insiste Bustamante, que se codea de tú a tú con Emilio y Gloria Estefan y llamo amigo íntimo al mexicano Alejandro Fernández, uno de sus ídolos de juventud.
Lo que la fama le ha quitado, reconoce, es que “la gente no te vuelve a ver de la misma manera».
“Yo no volví a ser Titín, sino David Bustamante para siempre. Aunque te conozcan de antes, la gente te siguen viendo como el famoso”, afirma.
En el prólogo sorprende el relato de su maestra de inglés sobre los meses previos a que entrara en la primera edición del concurso “Operación Triunfo”, la confianza que aquel adolescente metido a albañil tras dejar los estudios mostraba en sus posibilidades.
“Una persona vergonzosa no se planta ante miles de personas. Hay que creerse que eres bueno y grande. Somos un espejo de la energía; si sales pequeño y encogido, no impresionas. La humildad viene cuando las luces se apagan”, dice.
En las páginas de su libro describe que las sensaciones de su primera actuación en el programa, interpretando el tema central de la película “Hércules”, fue como una relación amorosa.
“Las actuaciones son un orgasmo total, es hacer el amor- empezar, coquetear, conquistar, tener un éxtasis total y finalizar”, insiste, antes de reconocer que, cuando la voz no acompaña, la experiencia se convierte en “un parto”, sobre todo para una persona que se describe como “muy exigente” consigo mismo y por lo que entrena “como un deportista de elite».
No hay grandes revelaciones en “El sueño se hizo realidad”, un texto ligero en el que no evita episodios personales importantes, como cuando conoció a su mujer, la actriz Paula Echevarría, o lo que lamentó perderse los primeros pasos de su hija.
A principio del año que viene lanzará un nuevo disco, el noveno de estudio ya y el sucesor de “Vivir” (2014), uno de sus favoritos junto a “Al filo de la realidad” (2010) o “Así soy yo” (2003), el que llegó tras romper contrato con la productora que lo lanzó a la fama y con la que publicó su debut, “Bustamante” (2002).
“Las relaciones con ellos son cordiales. Era un paso lógico tomar las riendas de mi carrera, con un mejor contrato en el que mirara por mi futuro y con el que ganara el dinero que me correspondía, no ser simplemente un trabajador de una gran empresa.
Ellos ya habían ganado dinero con creces con nosotros y me tocaba ser director de mi vida y de mi carrera”, cuenta.
Pero pese a haber sido varias veces número 1 en ventas en España, a haberse prodigado en conciertos (“entre 800 o 900”, cifra), participado en programas de televisión (como jurado de “Número 1”, por ejemplo) y lanzado varios perfumes, aún le falta cumplir su gran sueño- ganar el Grammy Latino