“Nos desesperéis” es una frase que popularizó el exprocurador general de la República Céspedes Martínez, cuando ocupó ese alto cargo en el periodo constitucional 2000-2004, que encabezó don Hipólito Mejía.
Viene al caso, ante las pretensiones, según se ha dicho, de un grupo de partidos, inculcar en la mente del joven alcalde del Distrito Nacional, David Collado, tener posibilidades de alcanzar la Primera Magistratura del Estado en estos momentos de convulsiones políticas.
David Collado no debe dejarse llevar por esas voces agoreras que susurran a sus oídos, tener paciencia y esperar su turno. Él es muy joven aún. Puede esperar y madurar un poco más. Demás está decir que el novel alcalde capitaleño ha realizado una excelente labor, reconocida por la ciudadanía, pero para ser Jefe del Estado y manejar el Poder Ejecutivo, entendemos nosotros aún le debe faltar algo.
Varios exsíndicos del Distrito Nacional fracasaron intentando llegar a la Presidencia de la República, usando como plataforma la Sindicatura. Podemos citar a dos, uno vive todavía, el otro falleció hace unos años; nos referimos a quien fuera un buen gobernante municipal, el doctor Rafael Suberví Bonilla (Fello) y el aguerrido Pedro A. Franco Badía.
Ante la excelente gestión que viene desarrollando David Collado y el apoyo económico que tiene detrás, muchos desconocen los intríngulis de la política vernácula, ya se están aventurando a proponer la candidatura presidencial de Collado, pero esa desesperación por impulsar al joven prospecto, podría acarrear el fracaso por el afán de apresurar una acción que todavía tiene tiempo para esperar. Es mi humilde sugerencia.