David Masalles Lafulla, un pionero

David Masalles Lafulla, un pionero

Fue el fundador de la Escuela de Química de la Universidad de Santo Domingo y de la estación experimental “Duquesa”, del Consejo Estatal del Azúcar, donde realizó valiosos trabajos de investigación para mejorar el cultivo de la caña de azúcar y dirigió importantes estudios sobre la adaptación y el desarrollo de distintas variedades de ese producto para ingenios y zonas agrícolas.

La dictadura trujillista lo detuvo, incautó su pasaporte y le interrogó con relación a bombas que fabricaron estudiantes de química para combatir el régimen. Lo vincularon a la acción por ser el superior. El hecho no lo amedrentó, pero como precaución envió a su primogénito y a la esposa a Barcelona, permaneció en sus clases y labores profesionales y aunque se les unió tiempo después, regresó a la República Dominicana, tierra que amó entrañablemente desde que fue contratado para impartir docencia en el Instituto Politécnico Loyola, de San Cristóbal.

David Masalles Lafulla nació en España pero optó por venir a Santo Domingo en 1955, un poco para salir de la dictadura de Franco pero principalmente porque sintió que podía ser más útil en este país que en el propio. Ese sentimiento lo llevó a adoptar la nacionalidad dominicana y a morir en esta tierra.

Filántropo, de gran sensibilidad social, revolucionario, soñaba con una sociedad más humana, solidaria y justa y es probable que esas virtudes motivaran al grupo de estudiantes que realizó un viaje a Barcelona a pedirle que retornara a su Alma Mater. Masalles los complació y regresó a la UASD en febrero de 1965.

Del eminente químico, catedrático universitario, docente, empresario, maestro, conversa con devoción su hijo Jordi David, que no solo domina la cronología profesional de su antepasado sino la historia de amor que unió a sus padres, real, pero con matices de novela rosa. Jordi nació el 27 de junio de 1959 “en momentos en que la tiranía estaba en avanzado estado de desintegración”, significa. Fue entonces cuando detuvieron al profesor. Pero de la labor en el país del prestigioso ingeniero químico dan también testimonio sus exalumnos y compañeros de profesorado de forma personal, en libros y revistas.

Jordi David es el heredero de las fotos familiares, publicaciones sobre su progenitor y de fórmulas que este dejó, con una de las cuales elaboró un agua de colonia que le salió “perfecta”: “Herbalín”.

Estudio y enseñanza. David nació en Barcelona, España, el 30 de marzo de 1922, hijo de Enrique Masalles y María Lafulla. Era el mayor de cuatro hermanos de los cuales sobreviven María, Teresa y Enrique. Huérfano desde los diez años, debió compartir estudios con trabajos tempranos para ayudar a su familia. No obstante, jamás abandonó la lectura y el estudio.

Realizó estudios superiores en el Instituto Químico de Sarriá, Barcelona, graduándose en 1945 e inmediatamente fue contratado como docente. Ahí estuvo hasta 1955 cuando vino al Loyola a ofrecer clases de química a los peritos agrónomos y fue profesor, entre otros, del expresidente Hipólito Mejía.

Pasó luego a la Universidad, creó la Escuela de Química, impartió cátedra y dirigió el Instituto de Química Superior. Hacia 1960 fue consultor de la Comisión de Energía Atómica de la República Dominicana. En su retorno a España se desempeñó como jefe del departamento de ingeniería de una compañía privada y volvió a su Instituto Químico como profesor de Operación Básica.

A partir de 1965 cuando regresó a Santo Domingo fue profesor de análisis agrícola en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UASD y de química-física y análisis industrial. Entre sus trabajos realizados estuvieron la instalación de laboratorios agrícolas, plantas de ingeniería química y diseños para construcciones de experimentos. Fue consultor de múltiples empresas industriales y publicó trabajos relacionados con su especialidad. Junto a Miguel Lajara fundó “Serquitec” (Servicios Químicos Técnicos). Antes de Masalles, quienes se inclinaban por la química debían estudiar farmacia, hasta que él creó la Escuela de Química con químicos graduados en el extranjero, “como Sallent, Miguel Lajara Persia, Amílcar Ubiera, entre otros”, narra Jordi.

Masalles tuvo entre sus amigos entrañables a Amelia Quintana de Sabater, madre de Mercedes Sabater de Macarrulla. La dama lo acogió en su residencia cuando volvió en 1965. Otros fueron Carlos López Domínguez, con quien jugaba ajedrez, y Jesús y Ena Álvarez.

Pese a sus intensos trabajos, vivió modestamente en una casa que construyó el Consejo Estatal del Azúcar para sus empleados, y que él compró, en lo que se llamó “Proyecto CEA”, luego convertido en Urbanización “Renacimiento”. Ahí falleció el 31 de marzo de 1976.

Mario Igual, español, propietario de la fábrica de fuegos artificiales más importante de España, vino al país contratado por Trujillo para realizar el espectáculo pirotécnico de la “Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre”, y un ingeniero catalán de apellido Ferrusola dirigió los proyectos de construcción del Teatro Agua y Luz, refiere Jordi. Igual casó con Teresa, hermana de David, y cuando este asistió a la boda a la que lo acompañó Ferrusola conoció a Regina Pere Juanena. Se enamoraron, se trataron por un mes pero él volvió y se escribieron durante seis. Ella en España y él aquí se casaron por poder y la joven y hermosa muchacha vino en 1958 como la señora de Masalles.

Es la madre de Jordi David, Víctor Emilio y Gina. Víctor Emilio es obispo auxiliar del Arzobispado de Santo Domingo.

Jordi recuerda a su padre “divertido, muy exigente con la disciplina y los estudios, sumamente amoroso de nosotros y nos lo hacía saber”. Lo describe menudo, delgado, de caminar rápido, baja estatura, tímido con quien no conocía y amigable con sus conocidos. Agrega: “Su ausencia a una edad temprana me marcó mucho, por eso soy muy papá”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas