POR IAN BROWNE
De MLB.com
BOSTON.- Al final de la noche, una placa que David Ortiz llevaba consigo lo llevó a otra rueda de prensa decía claramente lo que el toletero representa para los Medias Rojas. Solo 15 ó 20 minutos después que Ortiz enviara a todo el mundo a casa con un cuadrangular en la parte baja del noveno, el dueño principal John Henry y el jefe ejecutivo Larry Lucchino bajaron de su palco y le llevaron un regalo al toletero.

Era una placa enorme que decía: “El mejor bateador del clutch en la historia de los Medias Rojas, David Ortiz, #34”.

¿Y quién puede discutir? El regalo podía ser presentado en octubre pasado, cuando lo único que Ortiz hizo fue cargar con los Medias Rojas en sus hombros y ayudar a la franquicia a ganar su primer campeonato en 86 años.

“La verdad es que era algo que sabíamos desde hace un tiempo y le pedía a Phil Morse que diseñara la placa”, dijo Henry en un correo electrónico. “El produce grandes momentos como estos. La teníamos en la oficina para otro momento, pero no pudimos esperar más”.

Pero en estos momentos, no hay manera de tener dudas. Fue la sexta vez (incluyendo postemporada) que Ortiz terminó un juego en el Fenway Park con un jonrón. Los Angelinos también fueron víctimas en la Serie de División del 2004.

“Es increíble cómo hace las cosas”, dijo el veterano nudillero Tim Wakefield, quien trabajó un juego completo para ganar el partido. “Es el Sr. Clutch. Lo demostró la pasada postemporada. Lo hizo de nuevo”.

El cuadrangular 38 de Ortiz puso a todos a vibrar.

“Es un buen sentimiento, especialmente cuando se tiene un tipo como Wakefield”, dijo Ortiz. “Uno quiere hacer algo por él. Me sentí mal cuando me ponché con hombres en segunda y tercera y tenía que darle respaldo”.

¿Cuántas veces más puede Ortiz hacer lo mismo? Todas las que sea posible.

“Uno no se cansa”, dijo el dirigente Terry Francona. “Lo ha hecho muchas veces y es un placer verlo de nuevo”.

Wakefield sospechó que el otro toletero del equipo, el jardinero izquierdo Manny Ramírez, iba a terminar el partido, Ramírez tenía otra idea.

Dijo Wakefield: “Le dije a Manny que él iba a terminar eso. Y él me dijo, no, David dijo que iba a hacerlo”.

Así que Ramírez se paró en el círculo de espera y admiró el palo junto a todos los demás. Y luego, como de costumbre, Ortiz se quitó el casco antes de pisar el plato.

“Claro, hay que quitarse el casco, sino te muelen la cabeza”, dijo Ortiz. “Trot Nixon y Kevin Millar golpean como si fueran Mike Tyson”.

VERSIÓN DIONISIO SOLDEVILA BREA