DAVID ORTÍZ “nadie me regaló nada, todo me lo gané”

DAVID ORTÍZ “nadie me regaló nada, todo me lo gané”

Howard Bryant

Luego de la temporada de 2002, los Medias Rojas tenían una lista de nueve – cuéntenlos, nueve – candidatos en ese momento para la primera base y bateador designado. Como dijo el exescritor de los Medias Rojas Jeff Horrigan, «Las expectativas eran muy, muy bajas.

Eso era más que claro solo al ver el número de personas que ellos tenían para la posición». Pero el nuevo gerente de Boston, Theo Epstein, y el presidente/CEO Larry Lucchino – con la ayuda de uno de los mejores lanzadores en la historia del equipo – vieron un atisbo de algo en un descarte de los Mellizos llamado David Ortiz. Esta es la historia de lo ocurrido entre los meses de noviembre de 2002 y mayo de 2003, cuando un jugador que nadie quería, uno de nueve, se convirtió en una leyenda en una ciudad que ahora no podría vivir sin él.

THEO EPSTEIN: Así es como yo lo recuerdo: Al entrar a la temporada baja, sabíamos que teníamos una gran ofensiva y queríamos redondear nuestro roster con bateadores de calidad para mejorar la profundidad de la alineación. Además queríamos recortar unos US$10 millones de nuestra nómina, así que andábamos en búsqueda de tipos baratos sin mucho historial que tuvieran la oportunidad de representar valor real.

Habíamos conseguido en cambio a Todd Walker temprano en la temporada baja [para jugar en segunda base] y teníamos el ojo sobre Bill Mueller para jugar la tercera. Teníamos espacio en la primera base y en el puesto de designado, y nos gustaba la idea de adquirir tres buenos bateadores para esos dos puestos y dejarlos que batallaran entre ellos por tiempo de juego, darle profundidad a la alineación y mejorar la banca.

Tuvimos una reunión poco después de yo asumir el puesto [el 25 de noviembre] y evaluamos las opciones de «valor» y las colocamos en dos categorías – los objetivos y los remedios. Los potenciales objetivos de cambios eran David Ortiz, Kevin Millar, Erubiel Durazo y Jeremy Giambi. Los potenciales agentes libres eran Brad Fullmer y Lee Stevens. Ortiz era un objetivo y estaba alto en la lista, pero era solo uno más en la lista que habíamos elaborado y que nos gustaba… pero no era uno de los que pensábamos que debíamos tener.

«Yo dije, ‘O me ponen a jugar o me quiero ir de aquí. Pónme a jugar y te demostraré lo que puedo hacer».
David Ortiz

LA LISTA DE REMEDIOS DE EPSTEIN incluia a dos jugadores de los Medias Rojas que habían sido favorecidos antes de su llegada: Cliff Floyd, un agente libre que había sido cambiado a los Medias Rojas en 2002 y que era la primera opción del dueño para bateador designado, y Shea Hillenbrand, quien había sido un Todos Estrellas en la antesala en 2002 pero que había recibido solo 25 boletos en 676 apariciones en el plato, una sentencia de muerte en un mundo nuevo donde se apreciaba el porcentaje de embasamiento.

CLIFF FLOYD, JARDINERO Y DESIGNADO DE LOS MEDIAS ROJAS: Yo recibí una llamada de John Henry, quien me dijo que el 2003 iba a ser un gran año, que los Medias Rojas estaban listos para ganar y que me necesitaban. Me dijo que yo tenía una semana para tomar una decisión. Un par de días más tarde, imagino que hubo algunos reportes de que los Yankees estaban interesados en mí, y entonces recibí otra llamada de John Henry, que me dijo que solo me quedaban tres días. Él no se iba a poner en una guerra de ofertas con los Yankees. Yo me quedé como que, «Sí, pero yo sigo necesitando saber lo que está allá afuera para mí». Nunca más volví a escuchar de los Medias Rojas. Retiraron la oferta de la mesa. Adiós. Terminé firmando con los Mets.

EPSTEIN: Mi opinión desde el principio era que debíamos dejar que Cliff firmara en otra parte, que tomáramos los turnos del sorteo y utilizáramos ese dinero para firmar varios bateadores. Teníamos que cortar la nómina, adquirir varios bates y fortalecer el sistema de fincas, así que parecía el mejor curso de acción.

MIKE PORT, GERENTE INTERINO: Una vez se nombró a Theo, él y su equipo comenzaron a trabajar a la velocidad de la luz, vendiéndole a los jugadores lo que querían que fueran los Medias Rojas de Boston. … Yo no sentía que Shea Hillenbrand encajaba en ese plato o que se inclinara hacia la filosofía que Theo quería implementar. Entre Shea y esa administración, no hubo una química.

TRAS RETIRAR LA OFERTA DE FLOYD, Epstein comenzó a intentar cambiar a Hillenbrand. Además comenzó a considerar sus opciones en la agencia libre para llenar sus huecos en la primera base y designado. Su primera selección, Durazo, se fue a los Atléticos de Billy Beane en un cambio de cuatro equipos en las reuniones invernales. Luego ese día, Epstein hizo un cambio con los Filis por su segunda selección: Jeremy Giambi, hermano menor del JMV de la Liga Americana en el 2000 Jason Giambi. Al día siguiente, Minnesota dejó en libertad a Ortiz.

DAVID ORTIZ: ¿Los Mellizos? Ellos nunca me dijeron nada. Cuando me dejaron libre, fue como que, adiós, te veo. Yo me enteré de lo que había ocurrido por mi agente.

BILLY BEANE, GERENTE DE OAKLAND: La respuesta maquiavélica tendría que ser, «Sí, teníamos una idea todo el tiempo de lo que Ortiz podía llegar a ser. Intentamos conseguirlo en cambio. Fuimos con fuerza detrás de él, pero Boston nos venció». Esa sería la respuesta correcta, ¿cierto? Pero eso no es cierto. Él no estaba en nuestros planes. No estaba en nuestro radar.

¿A quién conseguimos? ¿Durazo? ¡Oooh, yay! ¡Conseguimos a Durazo! En serio, sabíamos de Ortiz, pero además sabíamos que era un jugador con algo de potencial y con algunas lesiones, con algunos problemas en el terreno. Pienso que confiábamos en la organización de los Mellizos. Terry Ryan y su grupo siempre han sido reconocidos como un grupo inteligente. Ellos no hacen cosas a lo loco. Ellos no cometen grandes errores. Si ellos lo iban a dejar libre, por nada, a nuestro modo de ver, tenía que haber una razón.

KEVIN MILLAR, JARDINERO DE LOS MARLINS: Este fue el inicio del movimiento de Moneyball, y los chicos estaban siendo evaluados de forma diferente. Números diferentes ahora significaban cosas diferentes. Ahora ellos podían saber cuál maldito chico podía batear qué con dos strikes en la carretera entre las 8 y las 9:30. Jeremy Giambi era uno de esos chicos, y era el hermano de Jason Giambi. ¿El hermano del tipo que había sido electo JMV? Sí, definitivamente le iban a echar una mirada.

Epstein dijo que Ortiz «era solo un chico más en la ecuación que nos caía bien… no alguien que sintiéramos que absolutamente teníamos que tener». Dennis Wierzbicki/USA TODAY Sports

LO PRÓXIMO EN LA LISTA DE EPSTEIN era Fullmer, un favorito del exgerente Dan Duquette. Pero él firmó de vuelta con los Angelinos luego de las reuniones invernales. El exIndio Stevens firmó con los Devil Rays depsués de eso. Sin embargo, para ese entonces, los Medias Rojas ya habían llegado a un acuerdo con Julio Zuleta, un panameño gigante de 6 pies 6 pulgadas y 230 libras, que podía enviar la pelota a diferentes zonas horarias.

ORTIZ: Otro cab. . .n tipo que todo el mundo pensaba que era mejor que yo.

EPSTEIN: Zuleta, ¡ese nombre es un recuerdo del pasado! Realmente él no estaba en la mezcla para las Grandes Ligas, era solamente un agente libre de liga menor que tenía bastante poder.

JEFF HORRIGAN, ESCRITOR DE LOS MEDIAS ROJAS: ¡Julio Zuleta! Me acuerdo de él: tipo grande e intimidante. Con la cabeza afeitada. Se parecía al tipo de la película Major League. Hasta me acuerdo cómo se paraba a batear, casi inclinado. Mucho poder.

ORTIZ: Así que ahora uno veía a todos esos tipos firmando, y yo sin nada. No pensaba que no iba a jugar, pero me estaba preparando para irme al béisbol invernal y esperar que surgiera algo. Así que me fuí a Dominicana y tuve un buen invierno, pero no apareció nada.

FERNANDO CUZA, AGENTE DE DAVID ORTIZ: David me llamaba como cinco veces al día. Estaba bien cag…o. Nunca olvidaré la reunión que tuve con él en una cafetería en el Sheraton en Santo Domingo. La cara que tenía. Cada día que pasaba, se podía ver. Él me decía, «Yo soy joven. No tengo otras herramientas más que jugar al béisbol, pero nadie me quiere. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a proveer el sustento de mi familia?» Le dije que si alguien le daba la oportunidad, él iba a ser un hijo de perra. Que iba a destrozar la pelota.

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