Esquina Joven/ entrevisto a jóvenes de Neuropsicología R.D. En foto: Jeffrey Puntiel. 25-11-2016 Foto: José Adames Arias.
Con 26 años de edad, un máster en neuropsicología en la Universidad de Salamanca, España, y otra en educación inclusiva en la Universidad de Edimburgo, Escocia, Reino Unido, David Vásquez promueve un sistema de enseñanza basado en la neuropedagogía.
A tales fines, decidió crear el Centro de Capacitación Neuropsicología RD (Cecaf), en el cual, junto a un grupo de profesionales, forma docentes en las áreas de neurociencias, neurosicología y neuropedagogía, no solo en el país, también en Argentina, México, Bolivia, Chile y Colombia, a través de capacitaciones virtuales.
A profundidad. Vásquez explicó que la neuropedagogía es una ciencia naciente que estudia el cerebro humano, que debe ser entendido como un órgano social modificable por los procesos de enseñanza y aprendizaje, en especial lúdicos, y no simplemente como un computador.
“La neuropedagogía es una disciplina tanto biológica como social. No puede haber mente sin cerebro, ni cerebro sin contexto social y cultural. En síntesis, el cerebro humano es un procesador de significados atravesados por una gran cascada de moléculas de la emoción, que afectan nuestra mente y nuestra corporalidad”, manifestó.
Explicó que de esta forma su actividad principal es hacer automodificaciones y auto-organizaciones permanentes. Es así como la neurociencia tiene como objeto, descifrar el lenguaje del cerebro y la neuropedagogía, comunicarlo.
El centro está ubicado en la calle Federico Geraldino #94, Plaza Alberto Forestieri I, Local 1-B, ensanche Paraíso, en la Capital.
En entrevista para La Esquina Joven de Hoy, el profesional narró que cuando regresó de España se percató, de que en el país no se conocía prácticamente nada de lo que es el cerebro “y eso me sorprendió un poco, porque en esos países europeos sí se trabaja mucho ese aspecto”.
Agregó que de ahí le surgió la idea de crear el centro, para hacer conciencia, sobre todo, a los docentes.
Recuerda que de los principales desafíos que ha tenido que enfrentar para lograr sus propósitos, ha sido precisamente la edad.
“A los 23 años fui a una entrevista de trabajo para impartir docencia en una universidad; mi hoy empleadores se sorprendieron de mi juventud. En ese momento pensé que no me llamarían, pero todo fue fluyendo de manera positiva, y ahí estamos”, dice entre risas.
Recuerda que terminó su licenciatura a los 21 años y a los 23 había hecho su primera maestría.
Señaló que en ese entonces (2013), en el país solo había alrededor de 10 neurosicólogos.
“Trato de ser jovial como mis alumnos, y eso me ha dado resultado. Tener una relación en cierto sentido cercana, me ha ayudado mucho; se sienten en confianza, aunque no permito que abusen de ella”, enfatizó.
Dijo que están enfocados precisamente, en la enseñanza de la relación entre emoción y aprendizaje. “Sin emociones no hay aprendizaje”.
Vásquez tiene una hermana menor que estudia medicina. Su madre, que es médico le ha dado mucho apoyo, igual que su padre.
El profesional de la conducta aboga por mayor inclusión para las personas en condiciones especiales.