David y Manny motorizan ataque de Boston

David y Manny motorizan ataque de Boston

POR ERIC NÚÑEZ
De Prensa Asociada

Hay que admitirlo. Si hay un equipo novelesco en las mayores, esos son los Medias Rojas de Boston, cuyo receso de temporada fue de lejos el más tumultuoso. Manny Ramírez puso en venta su penthouse en Boston y todo indicaba que el dominicano se iba de una vez por todas. Pero Boston no encontró ningún equipo que le ofreciese una transacción aceptable y a Manny no lo quedó otra alternativa que seguir con el uniforme de los Medias Rojas.

-Su gerente general Theo Epstein, a quien se le acredita haber armado el equipo que acabó con la Maldición del Bambino al ganar la Serie Mundial del 2004, renunció y se escabulló del Fenway Park disfrazado como gorila para no encarar a la prensa. Un par de meses después, como todo un hijo prodigo, Epstein regresó al puesto.

-Tampoco podía otro episodio relacionado con los Yanquis. En medio del caos directivo, sus enconados enemigos de Nueva York les despojaron de Johnny Damon, el jardinero central y uno de los jugadores más populares.

-Aunque no tenían gerente general, igual se hicieron con los servicios de Josh Beckett, probablemente la ficha más valiosa dentro del baratillo de fin de año de los Marlins de la Florida.

Pero Boston es un equipo constante y lo ha demostrado clasificándose a la postemporada en los tres años previos.

Con Ramírez y su compatriota David Ortiz llevando el peso de la ofensiva y Curt Schilling y Beckett al frente de la rotación, los Medias Rojas pisan fuerte para un cuarto viaje a los playoffs.

Pero tienen sus incógnitas.

Schilling viene de una temporada malograda por un rebelde molestia en el tobillo, el cerrador Keith Foulke se perdió la segunda mitad a causa de una lesión en la rodilla izquierda y resta por ver si Coco Crisp podrá suplir a Damon.

Y quien sabe si Ramírez exige otro cambio. La queja del jardinero, según se dice, es que no tiene privacidad en Boston.

Ramírez ha tratado de ponerle buena cara al asunto: «A mí me pagan para jugar béisbol. A donde me manden, yo tengo que cumplir con el deber de salir a jugar me guste o no».

No es que Boston se haya quedado de brazos cruzados ante sus pedidos, pero el salario de Ramírez, que devengará 19 millones de dólares en el 2006, disuade a cualquiera.

La temporada pasada, Ramírez bateó para .292 con 45 jonrones y 144 remolcadas. Ortiz (.300, 47, 148) lo hizo mejor y quedó segundo detrás de Alex Rodríguez en la votación para el Más Valioso de la Liga Americana. El 1-2 que conforman los dominicanos seguirá metiendo miedo, pero los Medias Rojas creen que un pitcheo balanceado, una mejor defensa y un recorrido de bases más inteligente les permitirá reinar en su división.

Boston tiene un superávit de abridores que trató de reducir con el canje del derecho Brandon Arroyo a los Rojos por el guardabosque dominicano Wily Mo Peña.

Schilling (8-8, 5.69), Beckett (15-8, 3.38), Matt Clement (13-6, 4.57), David Wells (15-7, 4.45) y el nudillero Tim Wakefield (16-12, 4.15) conforman el verdadero pilar del equipo, su rotación.  Sin Foulke para cerrar, los Medias Rojas pasaron por muchas dificultades. Foulke, pilar fundamental en la conquista de la Serie Mundial de 2004, vio dispararse su efectividad a 5.91 el año pasado antes que fuese operado en la rodilla izquierda. Se operó la otra derecha durante el receso y llegaría con la justa a la inauguración de la temporada.

Boston estrena su cuadro interior con las llegadas de Mike Lowell en la antesala, Alex González en el campo corto, Mike Loretta como intermedista y la dupla J.T. Snow/Kevin Youkilis en la inicial.

Particularmente fuerte será el lado izquierdo, ya que el puertorriqueño Lowell y el venezolano González, dos ex Marlins, trajeron consigo reputación de buenos fildeadores.

Ambos también vienen de declives en su producción ofensiva. Lowell (.236, 8, 54), un hombre de promedio, pareció perder potencia con el madero y algo similar le pasó a González (.264, 5, 45).

Por segunda vez, a González le toca el deber de relevar como torpedero a Edgar Rentería, quien fue canjeado a los Bravos. Rentería cometió 30 errores el año pasado y González la ha pifiado en 16 ocasiones en las últimas tres temporadas.

La defensa fue el criterio que imperó para que Loretta (.280, 3, 38) y Youkilis (.278, 1, 9) ocupen la titularidad en los otros dos puestos.

Además de Ramírez y Ortiz, la otra carta brava en el ataque la lleva el catcher Jason Varitek, un hombre que bateó para .281 y pegó 22 jonrones, manteniendo números muy similares los últimos tiempos.

Un tercer dominicano en esa artillería podría ser Peña, quien bateó para .254 con 19 jonrones y 51 impulsadas con los Rojos en el 2005. Estará en el jardín izquierdo por Trot Nixon (.275, 13, 67) cuando toque enfrentar a pitchers zurdos.

Crisp (.300, 16, 69) intriga como reemplazo de Damon en el central. Quizás no tenga la trayectoria, pero es más joven y cuenta con un mejor brazo.

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