De 2008 a 2009
¿Saltaremos de la sartén al fuego?

<STRONG>De 2008 a 2009<BR></STRONG>¿Saltaremos de la sartén al fuego?

El recién finalizado 2008 fue un año de sobresaltos en que la economía dominicana se vio amenazada por fenómenos internos y externos, naturales y especulativos de todo tipo. El 2009, con sus cuatro días de existencia, se presenta lleno de incertidumbre y con  vaticinios que solo son positivos cuando provienen del litoral oficial.

Cuatro huracanes y varias tormentas tropicales se aproximaron al país, y si bien no le dieron de frente, sus efectos dañaron sensiblemente a la agropecuaria, carreteras, puentes, y viviendas. A esto se unió el efecto devastador de la histórica escalada alcista de los precios del petróleo y sus derivados y una extensa y costosa campaña electoral, en la que se elevó de manera descontrolada el gasto, generando un  déficit fiscal que supera los 26 mil 200 millones de pesos, equivalentes al 2.4 por ciento del producto interno bruto, y que pesarán sobre la economía durante este nuevo año.

Hay que sumar a este panorama la crisis económica que azota a la economía mundial, y ha hecho entrar en recesión a los países más desarrollados, como Estados Unidos y los integrantes de la Unión Europea y a la mayoría de los tigres asiáticos, la cual, según algunos expertos, podría afectar sensiblemente  las posibilidades de crecimiento de los más importantes sectores generadores de divisas de la República Dominicana.

Un año para olvidar

Tras tres años de crecimiento con estabilidad, en que la economía era manejada prácticamente por el Fondo Monetario Internacional, este año, ya sin la rígida disciplina que impone el organismo multilateral, y los ataques provenientes de todos los inconvenientes arriba citados, la economía se desencajó.

Aunque se pronostica que el país cerrará con una de las tasas de crecimiento más altas de la región, cercana al 5%, será muy inferior a la estimada.

Este crecimiento, además, se verifica en el sector de los servicios, especialmente las telecomunicaciones, ya que en todas las áreas de producción, los números de los primeros nueve meses cerraron en rojo.

Es el caso del sector agropecuario, que cayó un 8 por ciento, y la minería, un 14 por ciento.

El elevado precio del petróleo, que llegó a superar los 143 dólares el barril, disparó las estadísticas de las importaciones, lo que junto a una caída de las exportaciones, y la desaceleración del turismo y las remesas, generó un enorme déficits en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que a septiembre supera los cuatro mil millones de pesos, para un incremento de 254.8% con relación al año anterior.

La situación es de tal magnitud que en el período citado, el déficit en la balanza comercial se aproximó a los 7,500 millones de dólares, 68.2 por ciento más que en el 2007, de acuerdo a las cifras preliminares ofrecidas por el Banco Central.

Un año para la prudencia

Para el 2009 se han hecho pronósticos poco alentadores. Tanto economistas y empresarios locales, como expertos y organismos internacionales, vaticinan que la economía dominicana será afectada por la crisis internacional, que mantiene en recesión a las grandes economías del mundo.

Sin embargo, las autoridades nacionales, especialmente el presidente Leonel Fernández, y el secretario de Hacienda, Vicente Bengoa, se muestran bastante optimistas, y han asegurado que la economía dominicana está blindada contra la crisis.

Esto así, a pesar de que los principales sectores generadores de divisas, tales como el turismo, las zonas francas y las remesas dependen en absoluto de las naciones ahora en crisis.

De estos sectores, solo las zonas francas cerraron el 2008 con resultados negativos, ya que tanto el turismo como las remesas, aunque ralentizaron su crecimiento, finalizaron con números positivos.

No obstante, los partidarios de que las autoridades actúen con cautela señalan el hecho de que, si bien las remesas siguen creciendo, aunque poco, esta tendencia se puede revertir este año, especialmente con las que provienen de Europa.

Y es que un gran número de los inmigrantes dominicanos radicados en Europa, especialmente en España, se dedica a sectores actualmente en crisis, como la construcción y los servicios.

En esa nación europea se han perdido más de dos millones de empleos este año, y los pronósticos oficiales estiman que la tendencia se mantendrá, afectando de manera especial a los inmigrantes.

En el caso de los Estados Unidos, la situación es menos dramática en cuanto a las remesas, pero sí se puede ver afectado el flujo de turistas  procedentes de Estados Unidos, que desde hace varios años se ha convertido en el principal mercado del turismo dominicano.

También la recesión de la economía norteamericana golpea con fuerza al sector textil de las zonas francas,  ya en declive desde hace años, debido a que la tasa de consumo ha disminuido en forma significativa.

Esta situación amenaza la idea del Banco Central de bajar la tasa de interés en febrero, ya que, con una reducción de los ingresos en divisas y un déficit fiscal sancionado en el Presupuesto, un estímulo de este tipo puede generar desequilibrios que acaben con la estabilidad.

La cifra

5,000 millones de dólares.  Es el monto de la IED que, según el Presidente de la  República,  ingresó al país  solo en  diciembre,  estableciendo un récord y  mejorando la posibilidad de financiar el déficit de la balanza de pagos.

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Prudencia

Las autoridades deberán tener prudencia en la política fiscal,  para evitar un descalabro en la economía, estimó el economista Carlos Despradel. Entiende que con un presupuesto deficitario, no es aconsejable demasiado estímulo, sino más bien conformarse  con un crecimiento pequeño. Afirma que aunque el déficit de Balanza de Pagos será menor este año, también lo serán los ingresos en divisas, ya turismo, zonas francas y remesas no crecerán, ni habrá estímulo a la construcción. “Sin embargo, el país siempre ha sido hábil para financiar su déficit con inversión extranjera, aunque este año no lo veo tan claro”. Cree normal las diferencias entre los funcionarios de las áreas fiscal y monetarias del gobierno.

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