La Oficina de Asistencia Legal del Centro Bonó notificó que, en el 2011, ayudó a depositar 72 solicitudes de residencia, de las que 66 eran de nacionales haitianos y seis de otras nacionalidades: dos italianas, una belga, una cubana, una boliviana y una española. Las nacionalidades que no eran haitianas recibieron sus residencias en un plazo de cuatro a seis meses, mientras las haitianas todavía siguen esperando. 

En ese sentido, un grupo de 140 inmigrantes haitianos denunció hoy que recibe trato discriminatorio por parte de la Dirección General de Migración (DGM).

“Desde inicios del 2011, la mayoría de ellos inició el procedimiento para lograr o renovarla residencia en República Dominicana. A la fecha, la mayor parte no ha recibido ninguna respuesta”, dice el grupo en un comunicado.

Explicaron que a otros se les ha notificado que su solicitud debe ser reintroducida de acuerdo a los criterios del nuevo reglamento de aplicación de la Ley General de Migración, promulgado en octubre del 2011. “Esta práctica discrecional es inconstitucional, puesto que ninguna norma legal se aplica retroactivamente”, advirtieron. 

Afirman que inmigrantes de otras nacionalidades reciben respuestas a sus solicitudes dentro de un plazo de depuración de cuatro a seis meses. 

“A este trato discriminatorio se añaden los costos de solicitud de residencia, que ronda los 30 mil pesos, sin incluir gastos de transporte”, destacan. 

Informaron que una delegación  entregó una carta al Director de Migración, al Ministro del Ministerio de Interior y Policía y al Jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones, explicando la situación.

Aseguraron que la práctica discriminatoria se registra a partir del nombramiento del actual director de Migración, José Ricardo Taveras, miembro de la Fuerza Nacional Progresista (FNP).

“El señor Taveras fue nombrado en la posición en marzo de 2011 y desde entonces no se sabe, si se han autorizado residencias a solicitantes de origen haitiano. La medida ha afectado incluso a misioneros religiosos católicos”.

Los inmigrantes haitianos se quejan de que, al no tener la residencia vigente, han perdido empleos y no han podido visitar a sus familiares en su país de origen. Denuncian además que otros compatriotas suyos han padecido deportaciones sin apego a los procedimientos humanitarios.

Los solicitantes piden que se elimine la discrecionalidad en Migración y que las decisiones se adopten con mayor transparencia y justicia.