De a/c/echar – a/c/echanza y de a/s/echar – a/s/echanza

De a/c/echar – a/c/echanza y de a/s/echar – a/s/echanza

Se habla con frecuencia de ciertas incorrecciones en el manejo de la escritura, que ahora mismo se acentúan a través de las redes sociales. No es de sorprendernos, porque es harto conocida la deficiencia en esta rama de las aplicaciones ortográficas. De modo, pues, que a cualquiera podría írsele la mano o faltarle – para redondear unas líneas ajustadas a la índole del lenguaje y a las preceptivas de la Academia.
Existen palabras sinónimas, las que tienen el mismo significado, aunque sean de escrituras diferentes: casos de palabra y vocablo, gozo y placer. Antónimas, como bueno y malo, feo y bello, son de sentido contrario. Toman el nombre de parónimos cuando los términos presentan alguna semejanza en su forma y sonido.
Estas llevan el nombre de homónimas cuando, con igual forma, presentan distintos significados; como canto, del verbo cantar, y canto, extremidad, borde o lado de un objeto: el canto de la mesa. Las llamamos homófonas cuando tienen igual sonido, pero distinta significación y escritura: honda y onda. Son homógrafas cuando portan la misma ortografía pero con distinta significación: río, corriente de agua, y río, del verbo reír.
Sucede que el lenguaje es rico pero complejo, y debemos acudir a él con cierta actitud de atención y esmero, porque así lo escuchamos, y hasta a veces leemos inte/m/perie sin advertir que ésa es la forma correcta, porque inte/m/perie deriva de tie/m/po, no de te/r/po. Idiosincra/s/ia ¿se escribe con /s/ o con /c/ en la sílaba final: idiosincra/s/ia o idiosincra/c/ia? ¿Es /té/rmino, ter/mi/no o termi/nó/? ¿Cuándo o dónde cuelgo acento ortográfico?
Presento dos casos recogidos de reciente publicación en la prensa local:
“¡La vida es un soplo! La muerte está presente y nos a/s/echa!”
Pero nueve líneas más adelante: “Son los signos que nos rodean, que nos a/c/echan. Que están presentes”.
Nos parece que el empleo para ambos casos de los usos verbales resaltados es el mismo: a/c/echar con /c/.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) consigna /acechar/, del latín “assectari”, ‘seguir’, ‘perseguir’, verbo transitivo; ‘observar’, ‘aguardar cautelosamente. El Diccionario, con algún propósito, lo escribe con /c/: acechar, acechanza, y lo presentan con dicha letra al inicio de la segunda sílaba.
Mientras tanto aparece una escritura ligeramente diferente para el uso con /s/: a/s/echar, a/s/echanza. Indica que también nos llega del latín “assectari” ‘ir al alcance de algo’ como origen del vocablo. Segunda acepción: ¡Poner trampas! verbo transitivo: ‘poner o armar a/s/echanzas o trampas’.
Suelen denominarse como parónimos los términos que guardan semejanzas en su origen, forma y sonidos. Pero los gramáticos los reciben como tales cuando son de distinto significado pero con igual estructura: /acechar/ es vigilar, observar, y /asechar/ se refiere a poner trampas. No es lo mismo.

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