De ambigüedades y de trastornos sintácticos

De ambigüedades y de trastornos sintácticos

Muchos trastornos pueden llevarnos a la confusión del lector cuando revisa nuestras exposiciones. Muchas son las razones –o sinrazones– que los arrastran a la falta de entendimiento del texto en sus manos: ausencia de una partícula de enlace pertinente, un parónimo imprudente que confunde la comprensión, etc.
La forma ambigua del lenguaje se puede interpretar de varias maneras y provoca duda o confusión en el lector del mensaje.

El suelto de una columna de tres párrafos de extensión, se intitula: “Un menor mata a otro de un cartuchazo”, col. 1, p.8, 14–IV–2014, diario Hoy, jurisdicción La Cuaba, Pedro Brand.

La nota explica: [… asumieron los pesquisas para establecer las circunstancias en que un menor… ultimó a otro por heridas de perdigones cuando alegadamente le mostraba una escopeta que su padre había comprado…].
El suelto, muy corto y repetitivo, menciona.

a) escopeta propiedad del padre del victimario: dos veces;
b) una vez dice, sin embargo, que la policía no estableció la propiedad del arma;
c) cuando mostraba la escopeta de su padre al menor de edad (dos veces).
d) Se confirma que el victimario le enseñaba a su amigo: [… una escopeta que su padre había comprado, y TENÍA GUARDADA, EN UN HECHO ocurrido en la residencia del victimario…].

Analizado el suelto tal como está escrito y en el orden y sucesión en que se coloca cada término, se produce en ese enlace que hemos escrito con mayúscula: “tenía guardada en un hecho ocurrido en la residencia del victimario ¿El arma “estaba guardada” en ese /hecho/?

¿Podríamos ajustar el significado del antecedente? [… “heridas de perdigones” + cuando mostraba una escopeta…]. (Diario Libre 14 de abril del 2014, p.8. col.1).
En nota de El Día, 21 –III–2014, leemos, “Denuncias siguen”:

“La Dirección General del Control de Drogas debe investigar, si no es una práctica institucional, la denuncia de que agentes colocan estupefacientes a jóvenes de barrios de la capital, por el simple hecho de justificar su apresamiento… ¿Colocan esa sustancia “por el simple hecho de justificar” o para justificar el apresamiento irregular”? Artimaña que data de muy atrás, para los fines malsanos de la supuesta autoridad.

Leopoldo Wigdorsky, eminente lingüista chileno, confronta:

–Todos los teatros no tienen acondicionamiento de aire.
–Ni ningún teatro tiene acondicionamiento de aire.
–No todos los teatros tienen acondicionamiento de aire [i. e, algunos lo tienen].
La disciplina que estudia este problema es denominada anfibología.
De don Miguel de Cervantes se ha llegado a decir que es el autor de esta preciosidad anfibológica:
“Le pidió las llaves a la sobrina de la habitación”. Wigdorsky recomienda /desambiguar/ el mensaje para despojarnos de “dudas, confusiones, equívocos y de los dobles sentidos que entorpecen los contenidos.

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