Comienza el nuevo año. Un 2010 lleno de esperanzas y con la fe de que en lo económico sea mejor que el 2009. Es lo mismo de siempre, 12 meses que transcurren en un abrir y cerrar de ojos. Y no es como dicen algunos amigos, que a medida que nos vamos poniendo viejos encontramos que los meses transcurren más rápido; pues hemos escuchado a niños decir que la Navidad está llegando más rápido que antes. Inclusive, un pasaje de la Biblia habla de que con el tiempo los días y las noches serán más cortos.
De modo que los planes y proyectos hay que hacerlos inmediatamente para que no nos coja la noche. Pero, ante todo, en el 2010 quiero seguir amando y ser amado, ser útil en todo lo que pueda, convivir con los enemigos gratuitos, si los hay, pero deseando que sean justos en sus planteamientos y críticas. Ruego a Dios que en este nuevo año no me falte la tolerancia, la alegría y el amor hacia los demás que me han caracterizado en estos años de vida. ¡Éxitos!