Es lamentable que la gente que toma la Semana Santa para divertirse, haya hecho caso omiso a los consejos, las labores de precaución y los operativos de emergencia que se ponen en marcha con la finalidad de salvar vidas y evitar desgracias.
Son miles de personas que cada año sacrifican sus días libres para trabajar, muchas veces sin remuneración, en distintos puntos del país, en playas, carreteras y montañas, para colaborar con las instituciones públicas y privadas que se preocupan por el afán desmedido de muchos que han convertido la Semana Santa en jolgorios, bebentinas y fiestas. Hay que mencionar el trabajo de las diferentes cadenas de radio que unen sus transmisores cada año, muchos comunicadores que en vez de vacacionar prefieren ponerse al servicio de la gente desde las cabinas de las emisoras. Lamentamos que muchos ciudadanos no tome en cuenta ese sacrificio. De ahí que este año haya aumentado la cantidad de personas fallecidas con relación al 2011.