Me ha llenado de mucha satisfacción compartir en estos días de la cuenta regresiva de los Premios Casandra, con los hijos de La Soberana. Papito, Luisa y Checheo se sienten felices por todos los homenajes que cada año realiza a su inolvidable madre la Asociación de Cronistas de Arte de la República Dominicana (Acroarte).
La semana pasada sus familiares más cercanos compartieron una cena de celebración por los éxitos de la premiación que lleva el nombre de su progenitora desde 1985, además de una ofrenda floral que fue depositada en su panteón, como es tradición para recordar su nacimiento en 1919. El pasado viernes nos volvimos a encontrar con Papito, Luisa y Checheo en el Paseo del Casandra, eterno homenaje del Ayuntamiento del Distrito Nacional a nuestra Soberana, en la intersección de las avenidas Winston Churchill y Rómulo Bentacourt. Los tres s expresan su felicidad al ver que cada vez los premios que recuerdan a su madre tienen más prestigio y credibilidad.