Ha corrido como pólvora por todo el mundo el desplante que le hizo el martes el cantaor español Diego El Cigala a unas 1,200 personas que pagaron para verlo en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. El artista se fue del escenario a los 60 minutos, sin despedirse.
Según declaró El Cigala esa misma noche en los camerinos a la periodista Joselín Rodríguez, de ¡Alegría!, dejó el escenario porque el público no le estaba prestando atención. Me gusta que la gente me escuche.
No soy un artista de cabaret, soy de teatro y del arte. Hubiera podido hacer tres horas de concierto, pero viendo a la gente hablando pues que cante Rita la Cabaretera.
Cuando veo a la gente conversar, mejor me bajo, señaló el cantaor este diario. En su propio país, el prestigioso periódico El Mundo tituló ayer: El Cigala deja plantado al público en Santo Domingo, por su falta de atención.
Si El Cigala hace eso en México, Estados Unidos o cualquier país europeo, tuviera que pedir perdón y hacer un concierto gratis si quiere que lo vuelvan a aplaudir y aclamar.