De bobos  y ¿boberías? gubernamentales y peledeístas

De bobos  y ¿boberías? gubernamentales y peledeístas

Medios de prensa reseñaron  protestas en Santiago  con personas marchando chupeteando bobos y aludiendo consignas asociadas. Como esta protesta con chupetes surge después de tres discursos presidenciales, no sería descartable que la recurrencia al bobo sea una respuesta ciudadana a esos discursos.

El discurso de rendición de cuentas pareció dirigido a retrasados; la cita sobre la crisis griega originada por exceso de gastos y endeudamiento, cuando vamos por el mismo camino; la del informe Attalí para gastos en la educación francesa justificando la resistencia a asignar mayores recursos a la  dominicana, omitiendo lo diagnosticado por el mismo autor para la sociedad dominicana y su gobierno; la del deterioro educativo en países desarrollados cuando le enrostraron al Presidente, presente en la reunión del Foro Económico Mundial, los peores niveles educativos de las economías estudiadas; y cuando descargó en el Procurador   combatir la corrupción como si este subalterno no actuara conforme la luz verde o roja que el mandatario  encienda.

En discurso posterior para enfrentar la crisis petrolera pareció dirigirse a ingenuos cuando anunciaba soluciones energéticas con plantitas pequeñas y el de transporte mediante conchos y voladoras con gas natural que apenas consumen un reducido número de unidades con ámbito de circulación reducidísimo; al insistir con semáforos inteligentes, chips y kits; al postular 12% de austeridad sin demostrar que el aumento de gastos propuesto en otra parte de su discurso la neutralizaría y al proponer que instituciones estatales paguen impuestos traducibles en mayores gastos.

En el discurso pronunciado para recibir la solicitud de repostulación presidencial mediante recolección de firmas que ningún dominicano vio, percibió ni denunció a pesar de la abundancia de medios y que prácticamente todos poseen teléfonos celular – 8. 8 millones anunciado en el discurso de rendición de cuentas frente a 9.3 millones de personas según el censo – el Presidente Fernández quiso hacer creer que el PLD ha mantenido 2.2 millones de votos, cuando en las últimas elecciones apenas alcanzó, según la JCE, 1.3 millones, 1.6 incluyendo el bloque progresista; menos que en las dos elecciones precedentes. 

Podrá argumentarse que esto último es una bobería que se inscribe en un espectáculo reeleccionista.

Pero no puede argumentarse bobería el subliminal mensaje dinástico transmitido junto a la puesta en manos del PLD una decisión que compete y atañe a toda una nación dotada de órganos y normas por una Constitución que nos rige a todos.

Poner en manos del partido, sus organismos o militancia, decisiones nacionales, denota la permanencia de una peligrosa supeditación a intereses partidarios del interés general; propio de conceptualizaciones  totalitarias.

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