De campamento y  cine  alternativo

De campamento y  cine  alternativo

Hace pocos meses, Ángel Muñiz lanzó el proyecto de los circuitos alternativos. Se trataba de llevar el cine nacional a todos los rincones de esta media isla, de difundir lo nuestro por otros medios que no fueran exclusivamente el de las cadenas de salas convencionales que conocemos.

No quería esto decir que se iban a excluir las pantallas tradicionales, sino que se iban a ampliar las posibilidades de visionar las producciones cinematográficas de los nuestros.

Resulta que, después de atravesar por múltiples crisis desde la llegada del cable hasta la piratería, pasando por apagones y subida del costo de la vida, las salas dedicadas al cine habían ido desapareciendo en muchísimas provincias.

Angel Muñiz se propuso exhibir las películas nacionales en discotecas, night clubs y hasta en carpas improvisadas.

José García, por su parte, desde hacía tiempo venía desarrollando una idea similar centrada en el mundo de las iglesias cristianas.

Lo suyo era realizar películas que transmitieran mensajes positivos a los niños y jóvenes con esa orientación religiosa y hacer despertar en ellos los valores morales.

Hace tiempo que conocemos  el cine de Joselito, que empezamos a descubrir sus cortos y a apreciar su sentido del humor, su facilidad para la creación de los chistes visuales, de los “gags” auténticamente cinematográficos que hacen diferenciar totalmente  lo que es cine de lo que es producto enlatado proveniente de la televisión.

Participamos activamente en el proyecto de “Cristiano de la secreta”, en su versión interpretada por Ramsés Cairo que, a pesar de haber sido realizada con poquísimo dinero y mucho amor, resultó ser una comedia tan “Taif” como efectiva hasta el extremo de que llegó a ser nominada para el Casandra, pese a que su difusión se había limitado a templos, a establecimientos como Casa de Teatro y a festivales como el celebrado en Puerto Plata. donde la cinta tuvo que repetirse en su exhibición una y otra vez para un público delirante que hacía colas y pedía autógrafos y más.

En el cine.  Ojalá la nueva versión consiga transmitir el cincuenta por ciento de aquella, aunque creemos que el “Joselito touch” es algo vital, es una cuestión de estilo, de magia inasible y de química que no se puede reestablecer a base de técnica o presupuesto.

Si el personaje de Eddy fue moldeado por Ramsés, el del “siervo”  estuvo perfectamente trabajado por Carlos Nina y la complicidad entre todo el equipo resultaba evidente.

José García vuelve a sus temas cristianos y aleccionadores en “De campamento” pero con una meta especial: hacer un cine con estas características cristianas para la infancia.

Así se convierte en pionero, en precursor de lo que debe ser el cine infantil en República Dominicana. No en vano esta película ha sido seleccionada para inaugurar el Tercer Festival de Cine Infantil organizado por el Despacho de la Primera Dama que tendrá lugar en los primeros días del próximo mes de agosto.

En una función especial para actores, críticos e invitados, “De campamento” se presentó en la Cinemateca Nacional provocando las carcajadas de los presentes.

Después seguirá el circuito de los templos antes de entrar en los cines abriendo el mencionado festival.

 “De campamento”.  Título original: “De campamento”, director José García; intérpretes:  Omar Payano, Ramsés Cairo, Nancy Amancio, Emely Shantal, Kelvin Cabrera.

Un narcotraficante se infiltra en un campamento para niños cristianos con el propósito de realizar una operación de traslado de droga en un lugar libre de toda sospecha.

Lo que no sabe este narco es que allí se encuentra un policía también infiltrado.

Ambos se están haciendo pasar por profesores aunque no es mucho lo que saben acerca de la Biblia.

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Algo más

El ingenio

José García se las ingenia para dirigir con mucho acierto a una manada de niños que no tenía ningún tipo de experiencia previa en el mundo de la actuación. Los resultados son asombrosos.

Los actores

Omar Payano y Ramsés Cairo, protagonista y antagonista actúan con naturalidad y profesionalismo. Omar despierta las simpatías de todos y un Ramsés irreconocible, con muchas libras de menos y la cabeza rapada es un villano atemorizador cuando se despoja de su piel de oveja para transformarse en lobo.

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