Nuestro país vive en estado de permanente campaña electoral. En medio de una, se está preparando la próxima. Por consiguiente, concomitantemente con la instalación de los gobiernos nacionales y locales, se instalan los equipos de campaña de los candidatos para los próximos comicios, casi todos funcionarios del gobierno de turno. Es la norma. Esta vez, los candidatos o precandidatos para las elecciones del 2028 tienen que referirse y definirse frente temas que son cruciales para el futuro del país en términos políticos, sociales y económicos y que, además, están al centro del debate político a nivel mundial. De la posición que tome un determinado candidato frente a esos temas dependerá su futuro, el del partido postulante y el de nuestra democracia.
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Con la teoría/mito del “reemplazo”, que afirma que los inmigrantes no blancos remplazarán la población “originaria”, la blanca, porque aquellos se “reproducen más rápido”, se justifica el rechazo toda política de regulación de los inmigrantes (lo que aquí se buscó con la sentencia 168-.13). Se busca envenenar el alma nacional de muchos países con el fanatismo religioso, elitismo, clasismo y racismo, la vuelta a la educación tradicional en el sistema educativo, como la lectura obligatoria de la biblia y los diez mandamientos en las escuelas del gobierno trumpista (lo mismo quieren imponer aquí algunos diputados), la masculinidad tóxica, el rechazo a la libre opción sexual. Con esas fábulas, se construye el relato político en la actualidad y constituyen el contexto en que discurrirán las próximas elecciones en nuestro país.
Es muy posible que algunos precandidatos o candidatos quieran aprovechar el clima de miedo y hasta de odio con se está llevando el tema migratorio en el mundo y aquí. Aquellos que pretenden puestos de mando en las diferentes instancias del poder en las próximas elecciones tienen que definirse en torno a cuestiones cruciales, entre otras: el carácter laico del Estado para garantizar la pluralidad, libertad religiosa y separación de lo público y lo privado. Definirse ante el tema de la regularización de la población migrante y de la mano de obra que demandan determinados sectores productivos del país
A ese propósito, recordar a los precandidatos y candidatos del PRM, sobre todo, que quien apoye la negación de esos derechos deshonrará la memoria de Peña Gómez, a quien, según Hugo Tolentino, de alguna manera, a pesar de su condición de prócer nacional, también póstumamente fue despojado de su nacionalidad con la Sentencia 168-13.
Recordar a los candidatos, y a otros, que asumir el discurso construido sobre la fofa base de los mitos y las falsificaciones por los neotrujillistas, al final sólo conduce a la ruina política y moral. Que, a pesar de los golpes a la democracia en el mundo, las protestas multitudinarias siguen produciéndose en su defensa y contra el retroceso. Son notorias y expandidas las que actualmente se desarrollan en EE. UU. contra las políticas represivas del trumpismo. De esos acontecimientos no somos ajenos. Lo enseña esa otra parte de la historia que se hace no “para hacernos sentir bien ni para borrar lo incómodo, sino para ayudarnos a crecer y aprender”, como dice John A. Power.