De comerciantes a evangelizadores reformistas

De comerciantes a evangelizadores reformistas

La homilía del oficiante en la misa de recordación del noveno aniversario del fallecimiento de Balaguer, lejos de provocar escándalo y rasgado de vestiduras, debería acicatear lo más profundo de la conciencia reformista para retomar conductas y experiencias que nos lleve a convertirnos en apóstoles de una propuesta político – partidista que llene espacios, vacío o por vaciarse; y que permita  renovar esperanzas nacionales sumidas por déficits, desequilibrio y dependencias consecuencias de políticas implementadas desde que el PRSC se vio compelido a abandonar el poder en 1996.

Lo de comerciante no fue la única crítica que el oficiante estrujó en la cara de reformistas que, obviamente, golpeó con mayor severidad los que  competían y disputaban la ocupación de los primeros bancos del templo. Hubo otras más subliminales que provocaron reacciones menos eufóricas hasta pasar desapercibidas.

Tal es el caso del reproche de Jesús a sus discípulos cuando se disputaban cuál sería el de ellos llamados a sucederle y cómo, al percatarse, advirtió que sería el que mejor sirviera su oficio predicador de la buena nueva.

Y como lo testimonió al lavarle los pies en la última cena, tarea reservada por la tradición judaica a los tenidos a menos; que hicieron recordar aquellas parábolas instando a no ocupar primeros lugares en banquetes invitados, de no ser  llamado, en circunstancias que familiares y convocantes de la celebración lucían relegados.

Pero sobre todo la homilía de Salvador Romero rebatió la especie de muchos que están apostando por, y velando, la desaparición del reformismo bajo el argumento del supuesto desinterés de Balaguer con la maquinaria organizativa que viabilizó su ascenso, y permanencia, al poder; estimulando así retomar y proponer modos de gobernar inculcados por el fundador del PRSC que sintonizan con presentes reclamos ciudadanos: austeridad,  excedentes fiscales para invertir, no más endeudamientos, apoyo a sectores productivos para disminuir desequilibrios comerciales, combatir pobreza mediante economía generadora de puestos de trabajo más que con empleos y subsidios estatales, preservación ambiental, orden territorial, identidad nacional, asistencialismo sin discriminación a favor de desvalidos e indigentes.

Temas que han de formar parte del credo inculcador de valores y principios exhortado por el oficiante y que los dominicanos quieren escuchar como propuesta convincente ante otras ofertas estigmatizadas por falta de despegue y temores de  imprudencia, encarnadas en partidos políticos mayoritarios que ya han escogido candidatos.

Y que permitirían al PRSC aprovechar la nueva oportunidad brindada por el pueblo dominicano para cumplir sus responsabilidades con Dios, la patria, la historia. Y con el fundador recordado en la celebración que sirvió de escenario a la homilía comentada.

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