Hay letras que traen connotaciones destinadas de envergadura, que ocasionan los más diversos acontecimientos en las sociedades y en la historia de la civilización. Hasta surte efectos escatológicos cuando lo llevan ciertas personas.
Washington fue el némesis de los ingleses, guiando a las colonias norteamericanas para obtener su independencia en 1776. Waterloo se convirtió en el final de la epopéyica trayectoria de la vida de Napoleón cuando otro W, como el Conde de Wellington, lo derrotó en la batalla final en esa región de Bélgica el 18 de junio de 1815.
Winston Churchill supo contener el avance arrollador de Hitler en Europa durante la II Guerra Mundial y libró al mundo de un dictador obnubilado por su ambición de aplastar a los judíos y a los pueblos de Europa que estuvo a punto de lograrlo para finales de 1942. Watergate se convirtió en la tumba moral y política del presidente norteamericano Richard Nixon cuando sus cómplices violentaron en una acción nocturna las oficinas demócratas ubicadas en ese edificio de la capital norteamericana.
Y ya en épocas actuales, y en nuestro país, vemos de cómo protagonistas con la W en sus nombres le están incordiando la vida al presidente Fernández con sus acciones y denuncias más disímiles y perturbadoras del sosiego para él y los suyos, que ya llevó a un funcionario a perder los estribos y a otros tomar decisiones arriesgadas de fuerzas que hasta se quiso embaucar al país con la manipulación de fotos. Así tenemos a Wilton Guerrero, el temerario y arriesgado senador de la provincia Peravia, que no ha cesado en su lucha de denuncias del narcotráfico y su apantallamiento en sectores oficiales, con lo que ha ocasionado un severo daño a la imagen del gobierno que se le ve infectado por narcotraficantes y no se procede en contra de ellos para erradicarlos.
Waldo Ariel Suero con su beligerante accionar, cada vez que se ha visto al frente del gremio de los médicos, no ha dejado de ser protagonista en estos meses, causando un disgusto generalizado en la población pobre que ve de cómo con sus paros perturba el pobre recurso de los pobres de recibir una ineficaz atención médica en hospitales mal servidos, peor mantenidos y antros de suciedades, mugre y abandono. Waldo, con su acción desesperada de la pasada semana, que las autoridades procedieron a usar medidas de fuerza, que si bien eran necesarias para desalojarlos de una oficina pública por perturbar el orden, los efectos fueron contraproducentes por la torpe acción de manipular las fotos y utilizar la rudeza para desalojar a los pocos galenos que por solidaridad estaban en una huelga de hambre.
El presidente Fernández debe cuidarse de las W, que podrían ocasionarles molestias indeseables en esos tiempos de la crisis financiera mundial, que hasta ahora el país se ha mantenido resguardado y deseando que se continúe de esa manera sin las perturbaciones de otras naciones.