De cómo jamás utilizar la música en el cine o la muerte del drama vía la música

De cómo jamás utilizar la música en el cine o la muerte del drama vía la música

POR: CARLOS FRANCISCO ELÍAS
1 / LA MUSICA EN LA HISTORIA DEL CINE: ¿NO DISPAREN AL PIANISTA ?…
 Han sido unos amores extraños, fascinantes.

 Todos los tratadistas sobre la materia escriben con sublime ironía sobre este tema, me refiero a investigadores como Ivor Montagu, Kurt London, Frederick Converse y Kevin Brownlow, entre otros. Porque los amores entre el cine y la música todavía guardan misterios de un valor nostálgico inenarrable.

En los tiempos del cine mudo ( 1895-1926) valga la curiosidad, los aparatos de proyección hacían un ruido descrito como infernal, ello impedía la concentración del público en las salas de cine.

El nuevo arte, todavía desconocido como tal y sospechoso de irse al basurero de la historia, cautivaba, pero en la oscuridad una masa sin concentrarse, era el caos mayúsculo.

No basta la acción de la pantalla, es a la conclusión a la que hay que llegar, para que el público se mantenga tranquilo, era necesario que los sentidos de la vista y el oído armonizaran funciones, entonces nace la música como un elemento encubridor primero del ruido del proyector, para la concentración del público.

 Pero el rico sabor de una experiencia primitiva, no termnina ahí, porque aún falta lo mejor. 

¿DISPARAR CONTRA EL PIANISTA DEL CINE MUDO MONSIEUR TRUFFAUT ?…

 Entonces cuando el cine necesitaba esa apoyatura, porque era mudito, mudito como lo era Harpo Marx en las películas de los Hermanos Marx en homenaje al cine mudo, se crea la moda de los pianos, las partituras especiales y los pianistas. Fueron protagonistas de esta historia los pianistas y la fiebre de la música y modos de adaptarlas al cine no se hicieron esperar.

Los pianistas se hacen protagonistas y aparecen las compañias que venden partituras de música tales como la Feist, Remick, Witmark o Ted Snyder. En la edición del Moving Picture World, del 14 de enero de 1911, podemos leer algunas normas emotivas aplicadas a los tempos musicales en relación con la línea dramática de las películas, por ejemplo :

Clarence E. Sinn en su texto publicado en la referida revista, destacaba que para las persecuciones se debía utilizar el “piannisimo agitato” luego “forte” y aplicando un aumento del tempo pianístico en la parte de mayor intensidad, galope, a “fortissimo”, termi denaba con un “furioso”… Estas claves señaladas para las persecuciones ( hay que recordar que las persecuciones en el cine mudo, eran fundamentales para que la cinta no arrastrara los entretítulos, porque esta parte era visual-musical) pronto apuntarían en las propias partituras, según uso y circunstancia del film.

En otras palabras, la relación cine mudo / música creó un universo muy especial al que grandes e importantes estudiosos del cine le han dado un sitial de investigación primordial.

Pianos y pianistas se enrolaron a esta gran aventura para dejar su huella y su talento basado esencialmente en la improvisación inmediata, porque tampoco había tiempo para que estos obreros de música nocturna obsevaran la película previamente y medir tensiones del drama.

 Así aparece la música en el cine, en el concepto de hoy, se habla de Banda Sonora, pero una Banda Sonora está compuesta de muchos elementos, la música ocupa un rol importante como apoyatura y guía entre las escenas, otro señalamiento: pero hay que observar que la música no incidental es un elemento agregado a la imagen y su cuerpo sonoro incidental, de ahí siempre ese carácter original y “extraño” de la música en el cine como soporte.

Entre los que prefieren separar de la Banda Sonora la música para estudiar su significado particular, me encuentro, otros prefieren ver la Banda Sonora de conjunto.

2 / VIAJEROS: LA FALSA POLEMICA DE LA MUSICA: PERCEPCIONES.

 Un gran pensador italiano del siglo XX, Antonio Gramsci ( Toñito para sus conocidos ) reflexionaba sobre las vocaciones y sus desviaciones, en plan muy humano nos recordaba que en materia artística todos estamos señalados para una vocación, algunos se especializan y descollan, otros solo tienen la pasión, la música es un arte muy particular, muy especial y suele dotar de ciertos niveles de espiritualidad profunda, a quienes la tienen por profesión (no hablo de fanatismo religioso, de loro, huero) y hacen galas de un conocimiento especial.

El oficio de hacer música para el cine, es una práctica tan vieja como el cine mismo y tiene normas relacionadas con el discurso visual de cada película específica según su contenido dramático…

 Si es una convención el hecho de que en el cine la música es un soporte que debe reflejar el drama que ella acompaña, para entrar en sintonía con la plataforma emocional del espectador, entonces queda claro que la música que en una película no ayude a generar este tránsito, creará problemas de interpetración para el propio espectador que domesticado en el lenguaje común de la música y el cine de modo instintivo, se confundirá si la música no le sirve de guía emotivo y tampoco le sirve de modo transicional en el discurrir de las escenas. Antes de proseguir quiero hacer esta salvedad : una música gusta o no gusta.

Nadie pone en discusión que una música esté bien confeccionada, en absoluto: pero en materia de gusto, si a alguien no le gusta, ni la abuelita de Hitler puede obligar a nadie a que le guste algo que no le gusta.

Cuando algo gusta, es espontáneo, fluye hace consenso estético y agrada, no divide consenso especialmente si la aceptación es mayoritaría.

Cuando algo gusta, es espontáneo, fluye hace consenso estético y agrada, no divide consenso especialmente si la aceptación es mayoritaría.

Creo una pérdida de tiempo absoluta, hacer polémicas estériles por algo que es evidente y que tampoco es un pecado, cuando se trilla el proceso de aprendizaje de un oficio.

¿Si yo dijera ahora que la música no me gusta, quíen podría obligarme a decir lo contrario?… Todo arte es un mar de percepción, lo genial del arte es que su soporte de vital es la libertad del sentimiento, la libertad para expresar lo que se puede sentir en relación con un estímulo exterior, estas ideas ninguna bravuconería ramplona la va a cambiar: la humildad autocrítica contribuye a no cometer los mismos errores.

Con la película Viajeros (2006) Dir. Carlos Bidó se ha creado una falsa polémica en torno a su música y el modo en que fue musicalizada.

Un detalle: existe un curioso consenso entre expertos y no expertos, sobre el problema de la musicalización de la película: ¿ Por que?…

Porque ambos se sienten turbados al intentar dar seguimiento a la secuencialidad de las escenas, las cuales tienen ambientaciones musicales diferentes desde el punto de vista melódico.

Entonces, la película no usa un tema central ( y cuando lo hace tipo Video Clip cambia de género porque parece un rogatorio de religiosidad fanática y acentona, seudo compasiva, instrumentalista, panfleto evangelista fuera de contexto y temática ) discreto que haya servido de hilo sonoro hilvanador de todas las secuencias, aunque de modo excepcional, matizando con temas especiales aquellas zonas de la película que el guionista o el director y el editor hubiesen considerado de mayor intensidad o de climax puente de importancia, antes de los últimos 15 ó 20 minutos antes de terminar la cinta, me refiero al modelo típico de Climax / Anticlimax, muy utilizado por otras películas latinoamericanas del género de Viajeros (2006).

3 / EL NUDO DEL PROBLEMA MUSICAL DE VIAJEROS.

El tema de la música, la emoción y la imagen, es un tema de larga discusión, porque toda proposición emocional musical, no puede generar el mismo estímulo en todos los espectadores.

De ahí lo dificil que es manejar la relación Emoción / Música / Imagen /, porque no siempre se puede acertar, en este sentido la práctica en relación con las reacciones colectivas del público crea códigos que luego son utilizados en las películas para codificar situaciones emocionales en relación sincronizadas: Imagen / Música / Emoción.

En Viajeros (2006) las secuencias están disociadas emocionalmente del valor de la música que no está montada con criterio de música-soporte, sino con el criterio de Música de tránsito secuencial, en consecuencia : no hay un hilo sonoro conductor que permita una adecuación entre imagen y música y el carácter emotivo de cada una de las secuencias, en otras palabras: cada secuencia es una isla de imagen con su propia música…

Esta percepción hace operar en contra del drama y la fuerza del trabajo de los propios actores, porque no conecta bien la emotividad de música, su intención, con el cuadro del drama puesto en escena por los actores y actrices : vacío que de inmediato se siente.

Estas son mis ideas sobre el tema, he cumplido.

NOTA : Si por alguna razón alguien quiere mi curricullum de formación musical, que lo tengo, está a su disposición, mientras tanto solo me difino como un melómano de infancia, de familia con tradición musical y si tienen tiempo, que busquen los papeles de los alumnos de análisis musical del fabuloso maestro Manuel Simó. ( “hacia una música más pura, ha partido el maestro” )…

cfelias@hotmail.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas