De Coretta King a Ali: “No sólo eres el campeón de boxeo, sino el campeón de la dignidad humana”

De Coretta King a Ali: “No sólo eres el campeón de boxeo, sino el campeón de la dignidad humana”

Si bien Muhammad Ali perdió parte de sus mejores años como boxeador tras recibir una condena de cinco años y la suspensión de su licencia por negarse a ingresar a las fuerzas armadas para asistir a la guerra de Vietnam, su influencia en la cultura popular a nivel internacional alcanzó niveles de prestigio excepcionales, convirtiéndose a partir de los años 60 en un símbolo del movimiento antibélico y de la resistencia contra el racismo.

Su firme posición precedió a la de los defensores de los derechos civiles, ya que Martin Luther King se pronunció en contra de la guerra el 4 de abril de 1967. También influyó en los atletas afroamericanos que realizaban protestas antirracistas en centros educativos y los que intentaron boicotear los Juegos Olímpicos de México en 1968.

Mediante resolución emitida por la Corte Suprema el 28 de julio de 1970 se dejó sin efecto el alistamiento para el Ejército al alegar un vacío del Departamento de Justicia que no especificó la razón por lo que se negaba la objeción de conciencia.

Su retorno al ring ocurrió el 26 de octubre de 1970 frente al pugilista caucásico Jerry Quarry, en Atlanta, Georgia, en un ambiente de gran expectación.

En ese encuentro con Quarry se recuerda un hecho singular, pues contó con la presencia de Coretta King, la viuda de Martin Luther King, quien había sido asesinado el 4 de abril de 1968. Antes del combate Coretta saludó a Ali con las siguientes palabras: “Eres no solamente un campeón de boxeo, sino el campeón de la justicia, de la paz y de la dignidad humana.”

El nativo de Louisville despachó a Quarry en tres asaltos, dando inició a una segunda etapa de grandes logros en los 70, y cimentándose como la figura más señera en una época de máxima calidad de la categoría completa.

Su siguiente compromiso fue contra el argentino Oscar Bonavena, imponiéndose por nocaut técnico en quince vueltas. Entonces se crearon las condiciones para el esperado choque entre Ali y el también invicto Joe Frazier, titular de explosiva pegada. La cita fue publicitada como “La pelea del siglo” programada para el 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York.

En la titánica batalla Ali llevaba ventaja a los puntos. Pero en el décimo quinto asalto Frazier le impactó con un poderoso gancho sobre el mentón que provocó la caída de Ali que se levantó de inmediato, pero debido a ello, los jueces se inclinaron con una decisión unánime a favor de su oponente.

En combates posteriores logró sonados triunfos, derrotando en dos ocasiones a Frazier por decisión unánime el 28 de enero del 1974 en Nueva York, y por nocaut técnico en la décima cuarta vuelta en Manila, Filipinas, en 1975. Este combate ha sido considerado por la revista The Ring como el mejor del siglo XX.

Uno de los triunfos más contundentes fue ante el poderoso George Foreman al que derrotó por nocaut en el octavo asalto para arrebatarle el título el 30 de octubre de 1974 en Kinshasa, Zaire, contra todos los pronósticos. Esta demostración influyó para que el stablishment le demostrara respeto y el presidente Gerald Ford le invitara a la Casa Blanca.

Después de terminada su carrera ha realizado una intensa labor a favor de todo tipo de causas, incluso fuera de su país; fue declarado mensajero de paz por parte de las Naciones Unidas; organizaciones promovidas por él son el Muhammad Ali Center, que fomenta valores cívicos y el Muhammad Ali Parkinson Center para el tratamiento de esa enfermedad que él mismo padece hace varios años.

Uno de los momentos más memorables de su vida ocurrió con ocasión de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde fue elegido para encender el pebetero y le obsequiaron una réplica de la medalla de oro que ganó en Roma 1960, y que luego echó al Río Ohio en protesta por no haber sido atendido en un restaurante de Kentucky debido al color de su piel.

 

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