De Dajabón a Santo Domingo

De Dajabón a Santo Domingo

MANUEL DÍAZ CORONADO
El día viernes 15 del mes de septiembre, regresaba desde Dajabón hacia Santo Domingo, luego de realizar algunas compras menudas en el mercado que se establece en esa ciudad por parte de los nacionales haitianos que son permitidos cruzar la frontera para hacer negocios tanto ese día como los lunes.

Situaciones que considero anormales:

1. Los policías de Dajabón (no guardias, sino policías) entran a comprar tickets para los diferentes horarios (en la tarde 1:00 p.m., 2:15 y 3:15 p.m. respectivamente) sin hacer la fila correspondiente. Lo peor de todo es que ninguno de ellos abordó el autobús, lo que infiero es para amigos, familiares o relacionados o quizás cobran algo por hacer estos favores. Esto último es una conjetura pues no vi la transacción con las demás personas. Pero sí es de muy mal gusto que siendo ellos los llamados a poner el orden sean los primeros en violar el orden establecido de filas al momento de la compra de los boletos.

2. Lo más grave de todo fue que nos detuvieron exactamente 14 veces en el camino con el pretexto de revisar el autobús, en virtud de que viene de Dajabón, una zona de alto riesgo en cuanto a tráfico de asuntos ilegales. Si nos detuvieran e hicieran la inspección de rigor, no estaría quejándome de ninguna manera, aunque reconozco que se incurre en un perjuicio para la empresa que brinda el servicio, por las múltiples molestias que éstas causan a los usuarios. Lo que más molesta a los usuarios es que se tenga que hacer una recolecta “sombrero en mano” por parte de uno(a) de los pasajeros para los diferentes peajes policíaco-militares, pues si “no se coopera” e’pa fuera que van todos los equipajes que traen todos los que abordan dicho autobús. Más aún, si la boronita recogida no satisface las apetencias o los compromisos que se hacen con los diferentes puntos de recolección también “e’pa fuera” que van todos los equipajes.

3. Se llegó al colmo cuando unos “vivos”, digo policías o militares nos detuvieron (en total) y nos macutearon como todos, pero con la salvedad que dos de los que estaban ahí se dieron cuenta que era buen negocio el picoteo y se embalaron hacia unos kilómetros más adelante en un motor que tenían allí y sin ser un puesto oficial ni mucho menos, hicieron la señal de detenerse para ponerse bien agrios diciendo que ellos estaban avisados que desde Dajabón “venía una vaina” y que debían bajar los bultos y los dueños de los mismos abrirlos para ver si encontraban eso que andaban buscando, pero en sí no era eso precisamente lo que buscaban sino hacer “su agosto” en septiembre. Y efectivamente lo lograron, pues entablaron una mayor presión diciendo que todos los equipajes serían llevados de nuevo a aduanas. Como ya era una de las últimas paradas (después del cruce de Esperanza) “la mesada” allí fue mayor, pues los usuarios estaban “jartos” de tanta jodedera de los pseudos policías y militares al servicio de la seguridad ciudadana. Hubo de nuevo que hacer otra recolecta, pues el recolector del grupo gritó “ya ni de los míos me quedan”. Fue en ese momento que la mayoría de los allí presentes (fuera del autobús) se decidieron a contribuir con las familias desamparadas de estos humildes servidores. Cuando vieron que la cantidad recolectada era “razonable” para ellos, dijeron “sigan tranquilos” y procedieron a “coger” su dietecita y a marcharse de nuevo hacia el puesto anterior de donde habían venido, pues los que estábamos allí nos habíamos dado cuenta que estaban en el puesto anterior.

Fue así como después de 14 paradas y mucho dinero recolectado no tuvimos más interrupciones de “chequeo”. Todo esto tuvo como consecuencia que arribáramos a la capital casi siete horas después de salir. Esto sin dudas pasa con la mayoría de los autobuses que vienen de esa zona, pues no hay dudas que es mejor negocio que ser “Jefe de la Policía” o del “Ejército”, pues lo que perciben de salario es una picada comparado con lo que reciben a diario de los ciudadanos que osan venir en un transporte colectivo como el que yo tomé ese fatídico viernes 15 de septiembre.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas