De Duarte a los políticos de hoy

De Duarte a los políticos de hoy

El aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte coincide esta vez con una época de efervescencia proselitista, en la que el protagonismo de los políticos se enfoca hacia la conquista de los poderes públicos caiga quien caiga. Duarte, primero que todo, fue un político pulcro, un estratega con visión de justicia, un administrador que rendía minuciosas cuentas de cuanto recurso manejaba, cuya dimensión moral se hacía visible en los hechos más que en la retórica del discurso.
Con absoluto respeto de las diferencias de época y circunstancias, podemos decir, y lamentar, que muy poco han tomado los políticos contemporáneos del ejemplar estilo de Duarte para encausar la lucha por los poderes públicos. La alianza de principios que fue entonces La Trinitaria difiere mucho de los enlazamientos que se han dado en estos tiempos, carentes de basamenta ideológica y principios. Las adhesiones por cargos sepultan los aspectos morales de la lucha política.
En esta fecha, el discurso político estará cargado de citas del ideario de Duarte como meras expresiones mediáticas sin vocación de convertirse en práctica en esta puja desigual en que el poder avasalla. En las batallas de Duarte las estrategias políticas nunca justificaron medios que contradijeran los principios. En la actualidad, el fin pretende validar los medios.

Saneamiento de los barrios

Al margen de soluciones habitacionales que requieren gran inversión, como la de La Barquita, hay métodos que persiguen el mejoramiento de las condiciones de vida de la gente sin recurrir a su traslado. Programas de saneamiento como el que desarrolla Ciudad Alternativa en barrios de las riberas de los ríos Ozama e Isabela son soluciones prácticas, de bajo costo y de gran beneficio para los habitantes de esos sectores.
El saneamiento de cañadas, construcción de alcantarillas, escalinatas y badenes, rutas de evacuación programas de disposición de la basura, entre otras ejecuciones, han contribuido a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de unos diez sectores a orillas de ambos ríos. Se trata de opciones prácticas, de inversión modesta pero sin duda muy beneficiosas.

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