De duelo por Hatuey Decamps

De duelo por Hatuey Decamps

Con el fallecimiento antenoche del licenciado Hatuey Decamps desaparece uno de los políticos dominicanos más sobresalientes de esta época; se destacó por su fiel posición en contra del negativo continuismo que la reelección propicia. Durante la guerra de abril de 1965 estuvo en los primeros planos del bando constitucionalista que luchó por la reposición del presidente Juan Bosch, víctima de una asonada en 1963. Hatuey Decamps alcanzó posiciones cimeras en el Estado y no por esos apogeos de su ejercicios políticos varió la posición que le cartacterizó. Siempre quiso ser un valladar contra la ambición de perpertuarse en el poder más allá de un período, por entes de su propio partido de entonces, el PRD, o desde cualquier otro; nociva pasión en la historia nacional.
Había alcanzado notoriedad tempranamente en el liderazgo estudiantil que libre de las cadenas de la dictadura, asumió con vigor la lucha contra los remanentes del trujillismo. El nombre de Hatuey Decamps ha de aparecer en cualquier lista aun las restringidas, de los políticos que mayor importancia han alcanzado en este país en sus recientes etapas democráticas o de despotismo ilustrado. Habría que decir además que murió con las botas puestas; fue candidato presidencial en la pasada justa como soldado de la causa democrática y contestataria, consciente, seguramente, de que su días estaban contados. Paz a su restos. Condolencias a sus familiares.

Ante un vacío de educadores

Por si faltara algún dato que reafirmara la importancia superior del recurso humano sobre los instrumentos materiales para los elevados fines de la educación, un informe reciente brilla negativamente por sobre el montón de lo construido en los últimos años. Se dispone de miles de nuevas aulas. Seis mil de los espacios que deben llenar los profesores en las escuelas están vacíos en el inicio del año escolar.
El Presidente Danilo Medina había anunciado que la capacitación docente superará ahora la preferencia que se imprimió, con el 4%, a la varilla y el cemento. El importante déficit expresado en un estudio sobre la realidad del sistema escolar es un hecho que mucho justifica variar los énfasis. O que quizás debió darse prioridad desde antes, como se reclamaba. El efecto de no haber hecho más por la Educación seguirá sintiéndose.

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