El  proyecto de ley de reforma de la Ley Electoral sometido por el senador Tommy Galán, pone sobre el tapete la necesidad de una modificación profunda de la legislación que norma nuestras elecciones, más allá de los cambios planteados, y en algún caso en contra de ese proyecto.  A eso me referí en mi  artículo del domingo pasado en este diario, bajo el título de “Las grandes reformas electorales”. Hoy me voy a referir solo a cuatro temas tocados en el proyecto de referencia, las circunscripciones electorales, la votación separada de senadores y diputados, el voto preferencial y la elección en los distritos municipales.

Veamos: 1. Las Circunscripciones Electorales Provinciales  y Municipales deben partir de la definición de los sectores urbanos y rurales de mayor afinidad económico-social que estén unidos en su territorio.  La división que hizo la JCE es  completamente obsoleta.

2. La elección en cada circunscripción no debería ser de hasta seis  diputados y  diez regidores como máximo.  Cuando la población supere esos límites, debieran fraccionarse en dos o más circunscripciones, para que haya  una relación lo más cercana posible entre los electores y sus representantes.

3. La propuesta de separar la elección del senador de las de los diputados es correcta para eliminar esa causa de arrastre.

4. Los diputados deben elegirse conjuntamente, para que haya representación proporcional de las minorías, conforme se establece en el artículo 91 de la Constitución.

5. El llamado voto preferencial, que permite individualizar la elección de los  candidatos, e implementado en el país desde 2002, es positiva, pero tiene también el efecto negativo de enfrentar a los candidatos del mismo partido en las elecciones generales.

6. Lo que procede es poner el voto preferencial  en las elecciones primarias, para que éstas se definan por el número de votos, el orden de los ganadores, de  acuerdo a los votos sacados en esos certámenes, que deben ser simultáneos para todos los partidos y así evitar el tráfico de votantes de un partido a otro partido con fines inconfesables.

7. Las elecciones municipales deben mantenerse separadas de las nacionales para Presidente y el Congreso Nacional, para evitar el arrastre que debilitaría el gobierno municipal.

8. La elección de los vocales de los distritos municipales deben hacerse de tal manera que el más votado sea integrado como Regidor   de los municipios, para que no se produzca con éstos una doble representación.  Tal  como sucede con el sistema actual.

Estas son las normativas que parecen más atinadas aprobar a propósito de las propuestas del senador Galán.