Luego de ser proclamado candidato presidencial 04-08 en una convención fáctica y/o espuria del PPH el 30 de enero reciente, el presidente Hipólito Mejía produjo una alocución infeliz, como infeliz resultó todo aquel escenario plástico, guiado por control remoto, robótico, en la cual adujo una serie de lo que el gobernante interpreta logros de su administración constitucional.

Son las infraestructuras normales que ejecutan todos los gobiernos, porque es una de las facetas y/o razones por las que los electores le endosaron su voto para elevarlos al Solio Presidencial, pero que en nada han contribuido de manera espectacular a elevar la calidad de vida de los dominicanos.

Entre esas ejecuciones, el gobernante no delineó aspectos fundamentales para que los dominicanos dispongamos de una mejor y más digna forma de vivir, como los indicadores económicos de la producción agropecuaria, en un letargo en vías de liquidación, el suministro de medicamentos a los hospitales públicos que el gobernante en una ocasión infeliz endosó ese rol a las farmacias (Listín Diario 25-01-04), cuando los precios de éstos treparon en más de un 100-300% en los más recurrentes.

El gobernante omitió un conjunto de factores determinantes en la disposición de ánimo del elector al depositar su voto, que nunca en favorable a alguien, sino de castigo a uno, como por ejemplo el gravísimo problema energético, que no ha amainado en su gobierno y que hoy registra un déficit de 800 megas, la mitad de la capacidad instalada, con cortes de 12-14 horas diarias y un balance de pagos del gobierno a los generadores superiores a los $25 mil millones, con el trastorno al desenvolvimiento de la cotidianidad hogareña, comercial, industrial, del tránsito, todo lo cual barrunta un caos absoluto.

Adrede, pretendiendo el imposible de tapar el sol con uno o todos los dedos, el presidente no aludió el crecimiento raquítico del PIB en 2003 de apenas un 1.3% y la inflación definida por el Banco Central, ambas, de un 42%.

El presidente intentó justificar el descontrol económico a los precios altos del petróleo, empero, el ex-presidente Leonel Fernández asimiló petróleo a US$25.8 en enero 2000, 28.24 febrero, 27.73 marzo, 22.23 abril, 28.95 mayo, 29.43 junio, 28.12 julio y entregó el poder a 30.25 y la moneda norteamericana la dejó al 18×1. ¿Y entonces, era la magia de Héctor Valdez Albizu contra las ineptitudes de Frank Guerrero Prats y José Lois Malkún ó que cosa, o cosas?

Hoy el dólar cotiza a 56×1 con el consiguiente desloque de todo el espectro económico nacional que se manifiesta en los avicultores de Licey Al Medio y Moca que expresaron abandonar sus labores (HOY 25-01-04), ante el aumento brutal de los insumos y doble costo energía eléctrica, más intereses bancarios producidos entre el 22 y el 32% (Listín Diario 28-01-04).

El desbarajuste sobrevino como un alud porque tanto el anterior como el actual gobernante no asumieron las terapias consignas ante los informes que le presentaban tanto Superintendencia de Bancos como la Junta Monetaria en relación a los comportamientos de los bancos Bancrédito, Mercantil y Baninter, que produjeron una tronera de RD$22 mil millones el primero, RD$6 mil millones el segundo y RD$55 mil millones el tercero, para un total de RD$83 mil millones, que añadidos a más de RD$10 mil millones de la locura del montaje de Panam 03, totalizan casi RD$100 mil millones, ó unos US$3 mil millones. El déficit del Banco Central es de RD$58 mil millones y sus reservas netas en dólares menos de 100 millones.

El costo de los alimentos de primera necesidad no los delineó el presidente, que están el arroz a $20 libra, bacalao $52 libra, arenque $90 libra, aceite virgen oliva de $228 a $415, habichuelas rojas de $24 a $28 libra, salami de $60 a $70 libra, plátano $5 unidad y lo mismo el pan (El Nacional 30-01-04).

Esos son los condicionamientos básicos que motivan al elector, en un cuadro económico sombrío que no es verdad que en menos de 75 días, el 16 de mayo, podrá revertirse ni en un 30%, más un PRD hecho añicos por la división condenable.