De fábulas y confusiones

De fábulas y confusiones

POR LUIS MANUEL PIANTINI M
El diccionario de la lengua española define la fábula como breve relato ficticio, en prosa o verso, que terminan en moralejas, y en el que intervienen personas y animales (en este caso marinos). También la define como: rumor, hablilla, relación falsa, mentirosa, de pura invención, carente de todo fundamento o cuento liviano (porque además le gustan los cuentos), sin mas fin que el de entretener o divertir a los lectores.

El propósito de esta introducción, amigo lector, es que cierto economista ya nos tiene acostumbrado a estos relatos semanalmente.

La primera de sus fábulas tenía la intención de vender la idea de que la actual Gobernación del Banco Central era la causante de una recesión económica que el llama no «técnica», en respuesta dada al economista Pedro Silverio. Pero resulta que en lo que descubrimos a lo que el le llama no técnica, notamos que en el año 2003 y en el primer semestre del 2004 la economía experimentó una recesión «técnica» o sea técnicamente comprobada. Mientras que a partir del segundo semestre del 2004 y primer trimestre del 2005, se experimentó una recuperación económica «técnica», o sea técnicamente comprobada.

Que por cierto, sería interesante conocer la respuesta de nuestro economista a las contundentes cifras aportadas por la lic. Olga Díaz sobre la recuperación económica. Esperemos que tal y como ha sido su costumbre, no se escape de nuevo en su yolita a las antípodas y salga de su trampa ¿entrampado?, hablando ahora de mejoría en la distribución del ingreso, pues antes de eso tiene que demostrar la mejoría que hubo en los años anteriores. Además, la función del Banco Central es contener la inflación y nada más.

Una ayudita al economista, en vez de concentrarse en desacreditar cifras cuya consistencia le están dando dolor de cabeza, concéntrese en analizar sin fabular la sostenibilidad de la actual recuperación, de cuya discusión sus lectores estoy seguro se lo agradecerán. ¿Es sostenible la actual recuperación sin una concertación de líderes nacionales hacia el logro de los mismos propósitos en el largo plazo? o en su lugar, debido a nuestra carencia de liderazgo responsable, ¿Sin haberse dolarizado en el año 2003 o 2004 a través de un préstamo internacional que eliminara los pasivos monetarios?

Después de dejarle esta tareíta al amigo economista continuemos con el discernimiento de sus entresijos. Resulta que ahora, como el tiempo y sus resultados «técnicos» han demostrado la debilidad de lo fabulado, el economista esta inventando una nueva fábula con un contenido mas prolongado para mantenerse en la palestra con los mismos argumentos por un período de seis meses, pero esta vez con la creación de un pánico no técnico, y esto es en relación a los certificados que dice que vencen en octubre y que han vencido todos los meses y en innumerables ocasiones y que fueron renovados en tiempos peores. Así que ojo pelao autoridades nacionales sobre los estimulos a la creación de una crisis no técnica. Ya han sido advertidas sobre la procedencia de los cohetes chinos.

Otra fábula fallida del economista era hacerle creer a sus pacientes lectores que esta Gobernación, que por cierto en su reciente artículo comienza a reconocer sus valiosos aportes, ha sido la causante de un peligroso aumento de los certificados financieros del Banco Central. Ingenuamente nos preguntamos ¿como es posible que el balance de los certificados se haya multiplicado por 17 entre enero del 2003 y agosto del 2004 y durante ese período no haya colapsado el Banco Central? ¿A que se debe el Apocalipsis presagiado ahora por el fabulista? ¿O no existió la posibilidad del tenebroso arribo de esa catástrofe en esos últimos 18 meses del anterior período gubernamental, donde se dio inicio a la trampa de la liquidez que hoy descubre con preocupación, más aun cuando el economista tildó a las autoridades monetarias de ese entonces de boy-scout? ¿Entonces porque ahora es válido ese presagio mefistofélico con un Gobernador que el piropea y no lo fue con las anteriores autoridades que él desacredita como incapaces?

Lo que pasó fue que el economista no se dio cuenta, porque no tenía que darse, ya que realmente su especialidad es el desarrollismo y no el monetarismo, que la mayor parte del aumento en el monto de los certificados a partir del pasado 16 de agosto, se ha debido a una abrumadora acumulación de reservas internacionales como resultado de la confianza y del buen manejo macroeconómico, no por el FMI que vino mucho después, sino por este gobierno. Esta confianza y buen manejo han estimulado el retorno de los capitales computados en las cuentas de la balanza de pagos que el llama ignorancia, pero que aun así, no son capitales tan ignorantes, pues bien conocen la realidad de sus momentos; entrar cuando hay confianza como lo han hecho desde el 16 de mayo del 2004 hasta el presente, y salir cuando hay pánico o desconfianza, como en el período 2002 hasta el 16 de mayo del 2004.

Pero ahí el economista entra en una de sus tantas confusiones, pues al atacar el manejo de la política monetaria de los años 2002 y 2003, para justificar la imprudente política fiscal de endeudamiento y acumulación de atrasos internos y externos, incluyendo contingentes, cuyo desorden heredado justificó la presencia del catalizador del G-7 el FMI, está defendiendo la prudente política monetaria actual de colocación de certificados, al criticar la no colocación oportuna en los años señalados. Pero al economista le es difícil admitirlo explícitamente, por un no técnico manejo del valor o por la ceguera de la pasión política.

De todas formas, esta acumulación de reservas es mucho mayor a la proyectada en el programa con el FMI, por lo que el Banco Central tiene capacidad para desmonetizar en cualquier momento más de $20,000 millones entregando dólares por pesos, lo que apreciaría aun más la moneda nacional.

Así que el economista tampoco se dio cuenta que la política de acumulación de reservas del Banco Central ha evitado una mayor apreciación de la moneda nacional. Y esto no quiere decir que aun así, yo no admita que la moneda este apreciada, tal y como lo he venido señalando. Pero sin esa política la apreciación hubiera sido mucho mayor, teniendo un efecto desbastador sobre las exportaciones.

También al economista se le ha hecho difícil admitir, que las tasas de interés de los certificados financieros se redujeron de más del 50% a alrededor del 15%, y que los plazos de vigencia de los instrumentos monetarios se han extendido. Por lo que se ha dedicado ahora a atacar a las autoridades monetarias porque se han concentrado en reducir el déficit cuasi fiscal, pidiendo ahora la barbaridad de que sean flexibles con el mismo, porque ya nada mas se le ocurre, cuando días antes las atacaba porque ese déficit había generado una masa atómica de certificados financieros. Es más el debería de estar orgulloso de que las autoridades tomaran a pie de juntilla sus presagios y se dedicaran a reducir el crecimiento de dicho déficit, con lo que se le ha pelado el billete de contemplar desde su solitaria yolita, el hongo atómico de papeletas pulverizadas.

Y es que hay que detener el crecimiento de esta masa de certificados, porque esta vuelve más vulnerable el manejo de las políticas macroeconómicas, y es por eso que las acciones de las autoridades monetarias van dirigidas correctamente en la dirección de reducir esa vulnerabilidad. Pero sin contar con recursos fiscales equivalentes a un 2% del PIB anual su labor será menos efectiva, para evitar cualquier riesgo de crisis.

Y en esto el economista vuelve de nuevo a girar la veleta de su yolita, a confundirse o astutamente a querer confundir a las autoridades fiscales, pues mientras aboga por una nueva reforma fiscal para paliar dicho déficit, critica el hecho de que del sobrante fiscal, el gobierno haya depositado $7,000 millones en el Banco Central, suma que se infiere debió de haber sido dedicada al gasto ya que según sus quejas, el déficit del presupuesto no era un problema mayor. Contrario a sus recomendaciones, todo dominicano sensato debe de aplaudir esa acción responsable del Gobierno, y exigir que se mantenga y siga acumulándose, mientras persista el pasivo monetario o deuda pública, porque es una deuda del Gobierno con el Banco Central.

La otra fábula que salió rápidamente de la pantalla porque se desinfló estrepitosamente, fue la relativa a que las colocaciones de certificados del Banco Central se quedaron desiertas porque la población estaba rehusando poseer esos instrumentos porque la institución ya no era confiable. Y como el economista no es monetarista, aplicó la teoría de un mercado de limones para compararla con el mercado monetario.

En el caso que nos ocupa, el Banco Central es el único vendedor de certificados financieros de esta institución frente a un mercado bancario que tiene exceso de liquidez. Este exceso tiene un costo en las tasas de interés que le pagan los bancos a los depositantes y por tal motivo los bancos quieren colocar ese exceso a cualquier precio en el comprador que le ofrezca menor riesgo al retorno de esa liquidez. Luego los bancos pensando que el Banco Central quiere reducir esa liquidez en exceso colocando sus certificados al menor costo (tasa de interés que pagan los certificados) para reducir su déficit cuasi fiscal y como es el comprador de menor riesgo, le ofrecen las tasas mas bajas para poder desprenderse de la liquidez que tienen en exceso. Pero el Banco Central tiene su propio limite o piso de tasa de interés para colocar sus certificados, pues si la tasa es muy bajita los bancos ofrecerán una mas bajita a sus depositantes, lo que puede desestimular el ahorro en pesos, debido al riesgo de cambio, convirtiéndolos en dólares y generando una desconfianza hacia el peso por la aplicación de una mala política que puede emplear un desarrollista pero no un monetarista. Por eso se quedó desierta una única subasta que ha confundido tanto al economista que la ha generalizado.

De igual forma el economista critica a las pasadas autoridades monetarias porque según su entendimiento, el nivel de la subida de la tasa de interés fue una medida desesperada para controlar una situación que se les había escapado de las manos a esas autoridades. Precisamente ahí es que el economista desarrollista falla al no percatarse que eran pájaros de la misma bandada, pues al ser también desarrollistas las autoridades monetarias de ese entonces, no creyeron que el manejo agresivo de las tasas de interés era el arma más mortífera que tenía el Banco Central para combatir la devaluación. Al contrario, la pasividad y vacilación con que actuaron para elevar las tasas de interés a los niveles requeridos, estimuló para que la situación se saliera de madre, tal y como señala el economista.

Las dos situaciones antes y después del 16 de agosto son completamente diferentes. Antes era el Banco Central el que debía de pagar la tasa de interés que fuese para desmonetizar, ya que las personas tenían menos credibilidad en la institución. Ahora son los bancos que quieren que el Banco Central le pague la tasa de interés que sea para desprenderse de su liquidez y depositarla en la institución en que mas confían. De modo que este mercado no opera siempre como el de los limones, que estos los compran el que presente la mayor oferta de precio.

Hay un hecho que ha señalado el economista que no quisiera dejar pasar por alto, es el de la opción que había para que el Banco de Reservas se hiciera cargo de la operación de BANINTER. De esto haber ocurrido, hoy el Banco de Reservas tendría en su balance $55,000 millones en pasivos sin activos productivos para pagar los intereses a esos pasivos. O sea que en vez de un banco con problemas como tenemos hoy con el Banco Central, tendríamos dos. Y a ese otro banco se le hubiese tenido que aplicar la ley de cierre pues no iba poder cumplir con las normativas. Tuvimos suerte de que hubo racionalidad en ese caso, ya que la opción fue desestimada por el grupo que actualmente acompaña al economista en sus labores antes de conocerse la realidad del banco quebrado.

Antes de concluir quisiera por curiosidad hacerle algunas preguntas al economista ahora experto en crisis sistémica financiera. Dada su vasta experiencia en estos asuntos, ¿podría señalar un caso exitoso a nivel mundial, de como aislar una crisis sistémica, cuando el que quiebra es el mayor banco de un país con más del 50% de los pasivos del sistema? Si usted lo ha encontrado ¿Podría enviárselo al Dr. Aristóbulo De Juan renombrado experto a nivel mundial, quien manejó la crisis de 60 bancos en España y asesoró a las autoridades monetarias a tomar la decisión que se tomó?

Según los favorables resultados macroeconómicos desde el pasado 16 de agosto dado el exitoso manejo de los agregados monetarios y fiscal, no obstante mayores pasivos monetarios con el sector privado ¿se pudiera concluir que fue la decisión del rescate la causante de la profundización de la crisis que se venia gestando o fue el mal manejo monetario y fiscal de esa decisión? Porque el rescate fue un compromiso fiscal.

Comparando la crisis dominicana con el caso del corralito argentino, donde se congelaron los depósitos de millones de argentinos ¿Cual de las dos usted considera que hizo mas daño a cada sociedad según los indicadores sociales y económicos, incluyendo la situación actual de sus sectores financieros y la confianza de los ahorrantes en los mismos?

Algunos datos para su ejercicio; según el Reporte No 27340-AR del Banco Mundial, en Argentina durante los cuatro años de crisis, el PIB se redujo en 20%, el desempleo aumento del 13% al 22%, la tasa de pobreza del 28% al 58%, la de pobreza extrema del 7% al 27%, la participación del crédito bancario al sector privado se redujo del 24% del PIB en el 2000 a 7% en el 2003, y el medio circulante ampliado(M2) de 39% al 14% del PIB para igual período ¿ qué le parece amigo economista, le parece poco, tal brutal deterioro social y económico y ahora sin sistema financiero, lo deseaba para su país? En Argentina cambiaron cinco presidentes y un récord similar en el Ecuador, donde también se aplicó un corralito, y aquí solamente uno. ¿Suerte?

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