De frente a la frontera

De frente a la frontera

Un grupo de empresarios dominicanos y haitianos ha mostrado un considerable interés en desarrollar la zona fronteriza que divide la República Dominicana con Haití, impulsando proyectos para la creación de empleos, mejorar el ingreso y los niveles de vida de la población fronteriza, considerada la más pobre del país.

Cuando estuve como embajador en Seúl, capital de Corea del Sur, tuve la oportunidad de visitar la frontera de ese país con Corea del Norte. Y junto a un grupo de diplomáticos y con el entonces canciller coreano y hoy secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, atravesamos la frontera y llegamos hasta el complejo industrial denominado Kaesong.

Ese centro industrial, para junio de 2010, albergaba unas 110 factorías, la mayoría del sector textil, que daban trabajo a aproximadamente 42,000 norcoreanos y 800 surcoreanos, siendo gran parte de estos ejecutivos. Su salario en esa zona franca era sumamente atractivo en comparación al promedio salarial de los norcoreanos.

Lo cierto, es que el empresario Juan Bautista Vicini Lluberes ha reconocido que la República Dominicana ha vivido de espaldas a la frontera. Hay, sin embargo, numerosos proyectos que se pueden desarrollar, aprovechando la posición geográfica de Haití y de nuestro país con los Estados Unidos, y los tratados comerciales que existen. Existen 46 mil vendedores y compradores solo en el mercado binacional de Dajabón.

En la frontera coreana no solo hay un ambiente de seguridad cuando usted la visita, de tal modo que hay zona para que hasta los niños tengan esparcimiento, sino que también es posible realizar un turismo de frontera. Y hay hasta un museo, claro en la zona surcoreana, para que se pueda ver la historia de la división de la península en dos países. Y cada quien sale tomando fotos, comprando regalos y gastando en los restaurantes de la zona. Y eso está a unos 45 minutos de Seúl.

Indican los empresarios que se invertirán cerca de cinco mil millones de dólares para el desarrollo de las zonas fronterizas de la República Dominicana y de Haití, en las áreas de manufacturas y exportación, producción agroindustrial, generación de energía renovable y turismo. Con todo eso, se procura crear 4.5 millones de empleos a dominicanos y haitianos.

En la frontera ha habido muchos planes y proyectos ambiciosos. Hasta unos árabes hace un tiempo hablaron de industrializar la frontera, y nada paso. Pero si ahora, el Estado y los empresarios dominicanos y haitianos, por fin, se ponen de frente a la frontera, y no de espaldas, no habría tanta inmigración, y el invertir o visitar las fronteras podría ser un interesante atractivo, para comprar o ir de turismo de manera decente y apropiada, en lugar de ser una fuente de conflicto y tensiones.

 

 

 

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