De fuera con las manos y de adentro con los pies

De fuera con las manos y de adentro con los pies<BR>

No tiene nada que ver con Guacanagarix, sino con una realidad incuestionable: Somos una isla con bajo  nivel de desarrollo y enormes diferencias sociales, económicas y culturales frente a los países llamados del “primer mundo” o desarrollados y entre nosotros es frecuente decir que parece “de fuera” cualquier infraestructura, institución o sistema que tenga semejanza con lo que se acostumbra a ver en ellos.

Por lo anterior es que decimos que “parecen de fuera” algunas clínicas y hospitales dominicanos que tienen estructuras y tecnología avanzadas. Algo similar ha comenzado a producirse en el sector educativo, donde se espera que  muchas edificaciones (y no solamente el controversial “pupitre dominicano”) se parecerán a las de fuera, aparte de la importante e impactante “tanda extendida” que se utiliza en otras naciones y que se está implementando en algunas de nuestras escuelas.

Como era de esperarse, han aparecido algunos que cuestionan o critican los cambios estructurales y  funcionales en educación, yo entre ellos, con la observación de que me inscribo entre los entusiastas defensores de las transformaciones que parecen “de fuera” pero no creo que darán buenos resultados mientras sean controladas o manejadas por los que siempre han estado “adentro” macuteando, traficando con influencias, sacando provecho personal de las instituciones y apadrinando múltiples formas de corrupción.

Los cambios en salud y educación deben abarcar infraestructura y administración, porque es incongruente construir y equipar hospitales y escuelas como si fueran “de fuera” para dejar que los corruptos “de adentro” permanezcan en ellos desbaratando con los pies lo que el gobierno construye con las manos para entregarlo a todos los dominicanos.  

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