De Fusón

De Fusón

Qué reconfortante es saber que la música dominicana cuenta con actores que están concientes del papel social que han vivido y que saben explicar sin poses extremas ni alardes. Son personajes que además de reconocer su fusión, dan mérito a otros. Es el caso de Fernando Echavarría, el indiscutible padre de ese estilo que hoy denominamos Fusón.

Yo solo escuché. Para qué decir algo y perder la oportunidad de escuchar los juicios emitidos por el sociólogo Darío Tejeda, el maestro de la música Andrés García, el director de orquesta y flautista Cesar Namnún, el cineasta y músico Tomy García; también de Fernando y otras personalidades ligadas, de alguna manera, a la música. Todos poseedores del gusanillo de la investigación.

Esa noche, una de las salas de Casa de Teatro se llenó de “buena gente”, de esas con las que siempre se aprende. Se llenó de Fusón, porque de Fusón hablamos y Fusón escuchamos. Esa fue la primera reunión del programa de actividades del II Congreso Música, Identidad y Cultura en el Caribe que culminará en Abril del 2007 en El Centro León de Santiago.

A mí tocó llevar alguna “musiquita para colocarla”, por lo que se me ocurrió empezar con “El Fiao” de La Familia André: “Oiga señor deme un fiao/ mire que estoy pelao”. No lo pensé dos veces a la hora de elegir “El Fiao”. Este fue el primer éxito de Fernando y su grupo. Además me traslada a los días en que decidí aprender a tocar la guitarra, y sólo por ese tema. Imaginaba que ser como ellos era fácil. No necesitaba trajes de brillo ni corte de pelo exótico. Nada más tenía que tocar la guitarra o el bongó, porque ellos vestían como yo, o yo vestía como ellos (jeans y tenis).

Luego disfrutamos de algunos cortes ilustrativos que Fernando colocó. También de sus explicaciones, del momento en que se fueron por primera vez a la televisión, de cómo surgió el nombre del grupo, y sobre todo, de cómo nace El Fusón.

Son, canción plena, jazz, rock, pop; una marcada influencia del merengue que se siente en la güira y en la forma de tocar el bongó, son las influencia que se manifestaron en la expresión de aquel grupo de jóvenes universitarios, no profesionales de la música, que se reunían en la casa Fernando con libertad y sin complejos. Fernando cuenta: “Éramos amantes de la nueva trova. Además yo soy una especie de morir soñando (madre norteamericana, mi papá de La Vega y de Cotui, mi abuelo irlandés y mi abuela puertorriqueña). Viví un tiempo en Puerto Rico y soy amante de la música puertorriqueña… de la plena. Y hay dos cantantes que son mis ídolos, uno es el cantautor Antonio Caban Vale (El Topo) y el otro es, el más grande interprete de la música Caribeña, Ismael Rivera. Y de aquí, de mi tierra, hay uno al cual amo y nos mantenemos en contacto, el maestro Cuco Valoy. Soy amante de su música, desde que empezó como sonero hasta hoy en día”.

De todos esos elementos surgió esa fórmula, que años después de alcanzar el éxito fue bautizada como Fusón. Una fórmula criticada por músicos profesionales, pero que “daba duro” en el alma de la clase media; porque como dijo Tommy (García), con Fernando y la Famila André la clase media crea, por primera vez, una música para ellos mismos. Y eso socialmente fue trascendental.

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