Entre 1926 y 1928, el gobierno de Horacio Vázquez realizó dos emisiones de bonos soberanos, de cinco millones de dólares cada una, para sufragar un programa de inversiones públicas con miras a la reelección del presidente Vázquez.
Se ordenó entonces a varias compañías en el extranjero, la construcción de las estructuras metálicas de acero para la erección de diversos puentes de gran importancia para las comunicaciones terrestres del país.
Como el gobierno de Horacio Vázquez cayó en 1930, fue Trujillo quien finalmente construyó e inauguró dichos puentes, y también quien pagó la redención de las emisiones de bonos hechas por Horacio Vázquez.
El ciclón de San Zenón dejó convertido en un amasijo de hierros retorcidos al puente sobre el río Ozama. Este fue reconstruido por Trujillo con fondos provenientes del ahorro interno del gobierno.
En el discurso inaugural del nuevo puente Ozama y la avenida Capotillo, hoy avenida Mella, el 12 de julio de 1933, el dictador dijo: «He venido al poder a trabajar. Me tocó un periodo de grandes pruebas, sembrado de dificultades, y no he cesado un instante. He probado, si, con la elocuencia de los hechos, que cuando la patria y solo ella es la única visión del gobernante, todas las obras pueden acometerse y realizarse sin empréstitos esclavizadores. Economía y celo en la administración, ese el método».
Entre los puentes construidos por Trujillo con fondos del empréstito de los bonos soberanos, ya aludidos, estuvieron el puente «Generalísimo Trujillo» sobre el río Yuna en Bonao, inaugurado el 14 de agosto de 1933, el puente «San Rafael» sobre el Yaque del Norte, entre Esperanza y Mao, y finalmente el gran puente de acero sobre el río Higuamo, en San Pedro de Macorís, inaugurado el 18 de mayo de 1934 con el nombre de puente «Ranfis». Antes de la erección de este puente, la comunicación terrestre con la región este del país se hacía cruzando el río Higuamo en una barca de motor que transportaba los vehículos.
Refiriéndose a estos puentes, el dictador proclama:
«Es con estas obras, que modernizan el país abriéndole corrientes al turismo y atrayendo el capital exótico, con las que afronta mi Gobierno las torpes campañas insidiosas de los que, no pudiendo resistir el empuje de esta política renovadora, vierten sus odios e impotencia en las páginas de extraños periódicos con miras de seguir la ciega lucha de otros tiempos, como si no hubiera muerto ya, para felicidad de nuestra patria, la época del funesto caudillismo, y como si el pueblo dominicano escarmentado y conocedor de sus viejos políticos absurdos, estimara en poco los beneficios de una paz y orden admirables que están cambiando la suerte del país en vísperas de sus bodas con la prosperidad».
Finalmente, la obra cumbre de Trujillo lo fue el puente colgante sobre el río ozama, hoy puente Duarte, construido con fondos nacionales para la celebración del 25 aniversario de la dictadura.
Entre 1966 y 1976, el presidente Balaguer construyó dos nuevos puentes sobre el río Ozama. El puente Francisco del Rosario Sánchez, al norte, mejor conocido como el puente de la diecisiete, y el puente Ramón Matías Mella, al sur, llamado popularmente puente de las bicicletas, por ser un puente estrecho de dos vías. También sometió a extensos trabajos de reparación y mantenimiento al viejo puente Duarte, el único que existía sobre el Ozama hasta la llegada de Balaguer al poder, y que había sido averiado en el fragor de los combates de la revuelta de abril de 1965.
En ese mismo periodo Balaguer construyó el moderno puente Higuamo sobre el río del mismo nombre, a la entrada de San Pedro de Macorís, conjuntamente con la autopista turística Boca Chica-Juan Dolio-Guayacanes-San Pedro de Macorís, que habría de dar origen al polo turístico de esa zona. Igualmente Balaguer construyó un nuevo y moderno puente sobre el río Haina, ya que el viejo puente construido por Trujillo había colapsado durante el desembarco norteamericano de 1965, siendo sustituido temporalmente por un puente militar de pontones.
De vuelta al poder en 1986, Balaguer construyó el puente mellizo al puente de las bicicletas, y construyó la moderna autopista «6 de Noviembre» que comunica a la ciudad de San Cristóbal y que consta de un nuevo y más moderno puente sobre el río Haina.
Llegado Leonel Fernández al poder en 1996, se remodeló el tramo Boca Chica-San Pedro de Macorís, construyendo una ancha y moderna autopista de circunvalación, y convirtiendo en un bulevar turístico el tramo carretero Juan Dolio-Guayacanes, construido por Balaguer.
El presidente Leonel Fernández construyó el más grande y moderno puente del país, el puente Prof. Juan Bosch, sobre el río Ozama, que al concluir su mandato se hallaba en más de un ochenta y cinco por ciento de ejecución. También dejó delineadas las dos cabeceras con sus torres del nuevo puente sobre el Higuamo en la autopista de circunvalación o autovía del este.
Le tocó el turno entonces al gobierno del PRD encabezado por Hipólito Mejía. Aquí se dieron los toques finales y se concluyeron las obras del puente Prof. Juan Bosch y se inauguró el mismo con bombos y platillos.
Mientras, el puente Duarte daba muestras de un peligroso y progresivo deterioro, sin que el gobierno de Mejía tomara las providencias de lugar para proceder a su reparación definitiva.
Con una incuria que no se explica, el gobierno abandonó a su suerte dicho puente, teniéndose que clausurar tres de sus cuatro carriles.
Este ha sido el gobierno que ha tomado la mayor cantidad de empréstitos en toda nuestra historia, multiplicando por dos el monto de la deuda externa. Se realizaron dos emisiones de bonos soberanos por valor de mil cien millones de dólares, y el gobierno fue incapaz de acometer con seriedad la reparación total y puesta en servicio del puente Duarte.
Ahora quienes viajan a la región oriental, a Hato Mayor, El Seybo, La Romana y la provincia de la Altagracia, prefieren utilizar en gran medida la vía de circunvalación de la autovía del este, para no tener que atravesar las congestionadas calles de San Pedro de Macorís. Esto ha vuelto a poner de moda al viejo puente Ranfis que inaugurara Trujillo hace setenta años, en 1934. El vetusto puente colgante pintado de verde se encuentra hoy en plenitud de servicios, y es que en cuatro años el gobierno ha sido incapaz de continuar las obras del nuevo puente sobre el Higuamo, que el gobierno de Leonel Fernández dejó iniciadas.
Y como despedida de la gestión de Hipólito Mejía, se nos anuncia que el puente de la carretera Sánchez sobre el río Haina, que comunica con el poblado de ese mismo nombre, en donde se encuentran las instalaciones de la refinería de petróleo y el puerto de cargas más grande del país, se encuentra hoy en verdadero estado calamitoso.