De Guantánamo a la guerra otra vez

De Guantánamo a la guerra otra vez

SAN JUAN. AP. Antes de ser liberado de Guantánamo, un preso saudita insistía en que no era un combatiente y en que solamente quiso ayudar a los refugiados.

Hoy es un comandante de al-Qaida con una canana llena de proyectiles, que lanza amenazas contra Estados Unidos y es descripto en un portal guerrillero como un veterano combatiente que «fomenta la guerra». La historia de Abu al-Hareth Muhammad al-Oufi refleja un poco el dilema que enfrenta el gobierno de Barack Obama: Si mantiene detenidos sin cargos a los sospechosos de terrorismo, recibe condenas internacionales generalizadas, pero si los libera sin haber comprobado fehacientemente que no son combatientes enemigos, expone a Estados Unidos y a sus aliados a nuevos peligros.

También pone de manifiesto lo difícil que es distinguir entre lo que es verdad y lo que es mentira. Al-Oufi era uno de dos sauditas presos en Guantánamo que reaparecieron la semana pasada en videos de combatientes de al-Qaida en Yemén.

Sus identidades fueron confirmadas por un funcionario estadounidense de los servicios antiterroristas. Al-Oufi fue el detenido número 333 de Guantánamo.

El miércoles, el Grupo de Inteligencia SITE, que estudia los portales cibernéticos de organizaciones terroristas, distribuyó una traducción de la biografía de al-Oufi publicada en un portal de guerrilleros.

La historia que presenta esa biografía contrasta con la descripción de sí mismo que hizo al-Oufi cuando trató de convencer a los militares estadounidenses de Guantánamo de que era un hombre inocente, detenido sin razón alguna en Pakistán luego de los ataques del 11 de septiembre del 2001. «

Me dirigía a Quetta, Pakistán, para ayudar a la gente, a los refugiados», declaró al-Oufi ante el tribunal militar en Guantánamo, según una transcripción del proceso obtenida por la AP.

Explicó que fue arrestado junto con muchos otros árabes y vendido a las fuerzas estadounidenses a cambio de recompensas. Insistió en que nunca estuvo en Afganistán. Pero la biografía afirma que combatió en Afganistán, en Chechenia y en Cachemira antes de ser capturado.  Asegura asimismo que escapó por poco a la muerte cuando un «cohete estadounidense» destruyó una casa en Afganistán en la que dormían él y otros 13 muyaedines.

Añade que Al-Oufi fue el único que sobrevivió, «sin haber sido alcanzado por una sola esquirla». Usando un lenguaje florido, la biografía presenta a al-Oufi como una figura heroica. «Siguió combatiendo hasta que Afganistán cayó en manos de los estadounidenses», señala. «No le quedó otro remedio que ir a Pakistán y esperar allí que el talibán se recuperase, para luego regresar. Pero Alá dispuso que nuestro león fuese apresado». 

Adam Raisman, analista de SITE, dijo que al-Faloja, el portal que publicó la biografía de al-Oufi, es un foro para yijadistas. Indicó que ese fue el primer aporte que hizo el usuario, de modo que no había forma de corroborar su autenticidad, pero hizo notar que no fue eliminada por la gente que maneja el foro y que ninguno de sus miembros la cuestionó.  SITE, que ha suministrado información acertada en el pasado, estimó que era lo suficientemente confiable como para distribuirla como correo electrónico entre sus suscriptores. El preso número 333 fue liberado de Guantánamo el 11 de noviembre del 2007, según el Pentágono. Los militares estadounidenses lo habían identificado como Muhamad Attik al-Harbi.

La diferencia en los nombres fue atribuida a la práctica común entre los árabes de aludir a la gente con nombres honorarios, como el de un hijo. Al-Harbi es una designación tribal. En el video, al-Oufi luce una gorra oscura y una camisa de camuflaje con una canana en el hombro.

Tiene una mullida barba negra y gesticula con un dedo al hablar. «Le advertimos a los países cristianos que tienen presencia militar (en Arabia Saudita) y que apoyan la cruzada contra los musulmanes: Por Alá, estamos en camino. Por Alá, estamos en camino», dice el hombre del video.  Critica además al programa del gobierno saudita que busca rehabilitar a ex detenidos en Guantánamo y otros combatientes, diciendo que el objetivo es «apartarnos de nuestro Islam». Acota que un «equipo de investigación sicológica» saudita había ido a Guantánamo para «sacarnos confesiones por la fuerza». El comandante de la Armada Jeffrey Gordon, portavoz del Pentágono, declinó hablar del tema. Se limitó a decir que varios países habían enviado gente a Guantánamo, pero que la política de los militares es no comentar casos específicos. 

Obama defiende cierre de prisión

Washington. EFE.  El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo ayer en televisión que su decisión de cerrar el centro de detención de supuestos terroristas en Guantánamo “aumenta la seguridad” del país y muestra que la nación respeta las garantías legales. En una entrevista difundida por el programa Today de la cadena NBC , Obama dijo que su decisión de cerrar la prisión de Guantánamo procura “equilibrar lo que protege al pueblo estadounidense” y los derechos garantizados por la Constitución de EE.UU. Añadió que confía en que la comunidad internacional cooperará en esa clausura y habrá países que acepten a algunos de los  225 reos que permanecen en Guantánamo.

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