De Jimaní a Bahoruco

De Jimaní a Bahoruco

[b]Señor director:[/b]

En la Provincia Bahoruco se cuentan por lo menos ocho áreas vulnerables, compuestas por arroyos, riachuelos y ríos, los cuales se convierten en amenazas latentes y permanente que penden como espada de Damocles sobre las poblaciones que integran las distintas comunidades de los municipios de Tamayo, Galván, Neiba, Villa Jaragua y Los Ríos.

Para muchos esta situación podría en el momento menos esperado traducirse en catástrofes naturales de consecuencia imprevisibles, como secuelas similares, y posiblemente peores, a la arriada que destruyo centenares de vidas humanas y animales y propiedades, dejando en la desolación y en la desesperanzas al municipio de Jimaní.

Uno de esas áreas vulnerables la constituye el río Yaque del Sur, que a pesar del muro que se tendió sobre una parte del municipio de Tamayo, continua siendo una amenaza peligrosa, que pende sobre las comunidades colocadas en la parte baja de este municipio, así como para el municipio de Vicente Noble y las comunidades de Jaquimeyes y Palo Alto, de la Provincia de Barahona.

Escribir sobre esta lacerante realidad, que parecería que muchos la ven, pero que al parecer pocos la piensan, necesariamente obliga a traer a colación el triste recuerdo del ciclón George que en 1998 sepultó el municipio de Tamayo con miles de toneladas de piedra, lodo y basuras, barriendo a su paso la agricultura, la pecuaria, el comercio y los enseres del hogar, convirtiendo a Tamayo y a sus zonas aledañas en una total desolación, lo que ha provocado una histeria colectiva que a la vuelta de estos años aun no termina de disiparse. «Cada vez que se nubla aquí comenzamos a temblar, y mucha gente comienza a recoger sus cosas», suelen decir los residentes de esta localidad.

La tragedia de Jimaní, que ha golpeado en lo más profundo la consciencia nacional y mundial, obliga a sacar a flote un problema secular que obliga a ponerle especial atención con la urgencia que el caso amerita, para que las medidas preventivas se conviertan en la cura definitiva y en el correctivo que evite después las urgentes atenciones y lamentos por las perdidas de vidas humanas y materiales que podrían traer consigo a las poblaciones de Tamayo, Uvillas, Neiba, El Estero, Villa Jaragua, Los Ríos y Las Clavellinas.

Para el caso que amerita la atención del presidente trabajo hay que citar de manera concreta las amenazas que representan los ríos Panso para Neiba; el Yaque del Sur para Tamayo, Uvillas y otras comunidades de este municipio; los arroyos que amenazan con sepultar a la sección de El Estero; el municipio de Villa Jaragua, y el distrito municipal de Las Clavellinas; la cada vez más latente amenaza del Río Barrero para los Ríos, junto a los daños que de manera permanente afectan la agricultura.

Hoy todos lloramos por Jimaní; miramos espantados la desolación causada por el río Blanco; no terminamos de salir del estupor, y de pensar que esa arriada sepultó cientos de vidas. Antes fue Tamayo. Si te lo contaban no lo creía, y al verlo, ante el asombro solo te quedaba exclamar, no es verdad lo que tengo delante de mis ojos. Ahora debemos proclamar que en los casos precedentemente indicados es mejor prevenir que luego tener que lamentar. La prevención sale infinitamente menos costosa que las atenciones urgentes que se impone la tragedia.

Atentamente,

LIC. RAFAEL MENDEZ

Periodista Ex diputado PLD

[b]Apoya a Bravo[/b]

[b]Señor director:[/b]

Estoy enterado del impedimento que el ayuntamiento del D.N. le puso a los dueños del Supermercado Bravo para que construyan una sucursal en la Av. Enriquillo de esta ciudad.

Soy propietario del sector los Cacicazgos, construí mi residencia en la C/Maireni No. 45, en el año 1977 así que podría decir que fui uno de los primeros en urbanizar ese sector por lo que gustoso me obligo a dar mi opinión al respeto.

Para mi humilde entender esa sería una obra muy sentida y necesaria para todos los moradores del sector, el cual está limitado por importantes avenidas que no han permitido la instalación de Supermercados importantes sino pequeños negocios que no tienen el tipo de artículos que precisamos los residentes, teniendo que recorrer enormes distancias para poder adquirirlas.

Por lo que percibo, los honorables miembros de nuestro ayuntamiento deberían contar con la opinión de los demás residentes virtuales y no de personas interesadas como las que figuran en su periódico y que son propietarios de grandes edificios de 10 y 12 pisos que consideran que la construcción de un supermercado Bravo devaluaría su propiedad cuando es todo lo contrario.

Esperando publiquen esta comunicación en la sección que ustedes consideren, les saluda,

Atentamente,

Antonio Chahín Mufdy

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