París.  EFE. Argentina y  su elegancia ecuestre con Hermès, el color y las transparencias con Galliano, la íntima elegancia de una clienta de Kenzo y las últimas tecnologías con Miyake ampliaron notablemente el abanico de posibilidades indumentarias para la próxima temporada invernal visto desde París.

Para su nueva colección al frente de Kenzo, los estadounidenses Humberto León y Carol Lim contaron con la colaboración del diseñador gráfico hispano-argentino Juan Gatti, figura histórica de la movida madrileña.

En calidad de “director artístico español”, según las notas entregadas a sus invitados, el amigo del director Pedro Almodóvar y de la cantante Alaska ideó para Kenzo inéditos motivos de ramos de flores y frutas estampados en algunos de sus modelos.

Con la sofisticación de éste y otros temas, como las geometrías bicolores incluidas en ciertas prendas, los fundadores del sello Opening Ceremony no quisieron, sin embargo, prescindir de la funcionalidad que quieren dar a “los nuevos códigos” de la casa.

Lo demostraron con una exquisita y variada colección de tonos y prendas invernales combinados con algunos modelos y detalles de colores vivos, azul, verde, amarillo y rojo; sobre modelos de faldas de todos los largos y pantalones fundamentalmente ajustados, aunque también a veces rectos, aptos para todas las ocasiones del día.

Todo ello inspirado en la atmósfera más íntima reinante en un elegante apartamento, cuya arquitectura imaginaria trasladaron a la moda para producir dulces curvas y refinados detalles sobre lana, satén y terciopelo; tejidos tecnológicos y punto tejido con motivos de tapicerías renacentistas.

Faldas cortas de caída asimétrica elaboradas con considerable cantidad de tejido, estampados muy gráficos en blanco y negro; conjuntos monocromáticos en fucsia; texturas metalizadas y alguna  -rara- transparencia, serán el invierno próximo otras características del estilo Kenzo.

La firma John Galliano, vista por Bill Gaytten, su director artístico y director temporal de Christian Dior desde hace un año, vistió  a una mujer frívola y audaz, amante del volante, del aparatoso sombrero y de lucir sus muslos con medias sin liguero.

Siempre algo monacal, el Hermès inspirado en el universo gaucho del modisto Christophe Lemaire adornó a menudo con sombrero masculino a mujeres vestidas con faldas largas de cuero y ante; conjuntos pantalón, capas y trajes pantalón de estilo masculino.

Desde Issey Miyake, el japonés Yoshiyuki Miyamae trabajó una nueva tecnología de fibras que transforman sus dimensiones con el calor, como demostró en vivo a sus invitados, aplicando planchas al vapor a sus primeros modelos.

De los últimos surgían como por arte de magia impermeables ultra finos multicolores ocultos discretamente en el interior de sus respectivos abrigos. Entre otra de las once propuestas presentadas  en la capital francesa dentro de la agenda oficial de colecciones, Alexis Mabille se entregó a la tarea de embellecer al máximo a una clienta ideal “muy femenina, muy francesa y muy activa”.