De la cima al fracaso

De la cima al fracaso

GEORGE KIMBALL
Del Boston Herald
Poco después del cumpleaños 16 de Mike Tyson, su mentor y guardián legal Cus D’Amato le entregó un bate de béisbol. «Tyson era un tipo feo, hablaba medio gago y nunca había tenido una novia», explicaba el biógrafo de Tyson y ex boxeador José Torres al recordar el episodio recientemente en Nueva York.

«Cuando Cus le dio el bate de regalo le dijo, ‘¿Sabes para qué es esto, verdad?’

’¿Para jugar béisbol?’, preguntó Tyson.

«No», le dijo D’Amato. «Es para alejarte las mujeres. Cuando seas campeón lo necesitarás para quitártelas de encima».

El hombre-niño aparentemente tomó el consejo. Para cuando tenía 20 años, Tyson había cumplido la predicción de D’Amato y era campeón de pesos pesados, pero sus relaciones con las mujeres desde ese rápido ascenso han sido conducidas como si todavía tuviera el Louisville Slugger en sus manos.

El excéntrico D’Amato había manejado y entrenado a Floyd Patterson hasta el campeonato de los pesos pesados en los 50 y luego llevó a Torres a los semipesados en 1965.

En sus años finales, D’Amato se fue de la Gran Manzana a Catskill, New York, donde ocupó una casona que compartía con docenas de boxeadores jóvenes a quienes dispensaba una combinación de enseñanza de boxeo y filosofía de la vida.

MOLDEANDO A MIKE

Uno de los pupilos de D’Amato era Michael Gerard Tyson, a quien D’Amato rescató de un reformatorio juvenil. Torres recuerda haber visto al nuevo prospecto por primera vez en 1978.

«Conocí a Tyson cuando tenía 12 años», dijo Torres. «Cus me dijo que ese muchacho iba a ser el campeón de los pesos pesados. No me reí duro, pero pensé que era ridículo pensar eso. Tyson era pequeño y yo pensaba que él solo lo hacía para levantarle el ánimo.

«Unos años después, visité el gimnasio en Catskill y Cus me dijo que fuera a ver al muchacho. Tyson estaba golpeando el saco, pero era increíble. ¿Cómo podía un boxeador aguantar tal ataque. El seguía siendo pequeño, pero era un caballo – era muy fuerte y rápido, con grandes puños. Entendí por primera vez por qué él había pronosticado que sería campeón».

Cuando Torres se acercó a Tyson, el problemático joven comenzó a tenerle confianza.

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