De la Cumbre y responsabilidad política

De la Cumbre y responsabilidad política

César Pérez

Durante los gobiernos del PLD, se hicieron varias convocatorias a diálogos y/o cumbres para discutir temas y propuestas planteadas por las entonces autoridades, sobresaliendo el llamado diálogo nacional.

Sin embargo, ninguna de esas convocatorias se escenificó en una coyuntura tan potencialmente trascendente como la que sirve de contexto a la presente cumbre del liderazgo político y social que se lleva a efecto bajo la coordinación del CES. Este vértice, discurre simultáneamente con el sistemático proceso de desmantelamiento de diversas estructuras del crimen organizado, con perspectiva de no tener marcha hacia atrás y como iniciativa de un gobierno obligado legitimarse mediante esas y otras acciones contra la impunidad.

En tal sentido, son pertinentes los señalamientos de diversos sectores, sobre las cuestiones de qué discutir, cómo hacerlo, la metodología, contenidos, cantidad y alcance de los temas a abordar, son cuestiones de fondo que buscan la efectividad de los eventuales acuerdos en una cumbre que ha de desarrollarse en tan particular momento.

Pero, resulta imprescindible que se tenga plena conciencia de que estamos ante una coyuntura de enormes potencialidades para cambiar el rumbo del país, pero también muy peligrosa. Por consiguiente, una iniciativa de diálogo del liderazgo político y social que tenga magros resultados o que fracase, sería catastrófico para el proceso de lucha en curso contra la impunidad y para nuestro futuro inmediato.

En política, esto plantea el tema de la ética de la responsabilidad, la imaginación y el sentido de la oportunidad que se derivan de coyunturas cruciales, como la presente. Al Gobierno se le ha exigido claridad en los alcances de sus propuestas y la metodología para abordarlas.

Eso es importante, pero recordar que una vez constituida una asamblea, el o los convocantes se constituyen en una parte más, por consiguiente, los puntos a discutir y metodología pasan a ser responsabilidad de todos. En ese tenor, además del Gobierno, las colectividades realmente democráticas, están compelidas a hacer sus propuestas con la debida formalidad y requisitos. Muchas podrían no tener posiciones sobre todas las reformas, pero todas están obligadas a elaborarlas.

Algunas colectividades podrían sentirse incómodas en ese escenario, ora porque no tienen propuestas, ora porque creen que esa iniciativa del Gobierno es para distraer, craso error. Me consta que el Gobierno tenía ese proyecto desde antes de instalarse, que lo haya presentado de manera poco acabada es otro cantar.

Un gobierno obligado a legitimarse mediante acciones

Estamos ante una coyuntura de enormes potencialidades

En política, esto plantea el tema de la ética de la responsabilidad

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