De la formación docente

De la formación docente

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A lo largo de más de un siglo, los dominicanos (plural genérico) hemos venido realizando esfuerzos con miras disponer de un sistema de instrucción pública de calidad. Con la excepción del Plan Decenal de Educación 1993-2003, ninguno de nuestros denuedos ha llenado las expectativas. ¿Por qué? Por falta de recursos unas veces, y por la incidencia de situaciones políticas adversas otras.

Al final de la llamada “era de Trujillo” apenas un 4% de los maestros en servicio estaba titulado. Salvo honrosas excepciones, los profesores de esa época eran bachilleres en espera de oportunidades para cursar carreras liberales; oportunidades éstas que casi nunca les llegaba. Hoy, la situación es muy diferente, más del 80% de los maestros en servicio está en posesión de un título universitario o de un diploma normalista. Centenares de los que ejercemos el magisterio o la cátedra universitaria hemos cursado estudios de especialización y de postgrado en universidades nacionales y extranjeras. La matrícula total de las escuelas y facultades de educación del país supera ya los cincuenta mil estudiantes. La carrera de pedagogía y de otras afines figura entre las más preferidas por los jóvenes de la presente generación. En la actualidad, resulta prácticamente imposible ocupar una plaza de maestro en una escuela pública o en un colegio privado sin un título universitario en poder del demandante. La celebración de concursos de oposición para ocupar puestos de maestros, de directores de escuelas, de distritos y de regionales se ha venido imponiendo como única y saludable modalidad de selección del personal. ¿A qué se debe el hecho de que hayamos avanzado tanto en materia de formación y capacitación de maestros? A las iniciativas en ese sentido desplegadas por las Universidades Autónoma de Santo Domingo, Pedro Henríquez Ureña y Pontificia Madre y Maestra a través de sus rectores y catedráticos Luis A. Duvergé Mejía, Andrés María Aybar Nicolás, Hugo Tolentino Dipp, Zoraida Suncar, Tirso Mejía Ricart, Jacobo Moquete, los hermanos Andrés y Francisco Avelino, Ivelisse Prats, entre otros. A esos insignes educadores el país les debe la profesionalización de muchos maestros que ejercieron el oficio antes de formarse como tales. En enero de 1967, el Departamento de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo inició un proyecto de capacitación de maestros en servicio conocido como Plan del Este por estar dirigido a docentes de escuelas públicas de esa región del país. Catedráticos de la UASD visitaban la ciudad de San Pedro de Macorís a impartir docencia dos o tres veces por semana dentro del marco del referido proyecto de capacitación. Para mayor información acerca de los esfuerzos que aquí se hicieron con miras a disponer de más y mejores maestros, nos permitimos recomendarles a nuestros amables colegas la lectura de dos libros que tratan a profundidad el tema de la capacitación y perfeccionamiento de maestros en servicio: “Trayectoria de la Formación del Docente Dominicano” del doctor José Nicolás Almánzar, publicada por el Ministerio de Educación en 2008; y “El Movimiento Renovador Universitario” del doctor Jacobo Moquete, publicada por la Editora Universitaria en el año 2004.

No podemos creer que existan planes de descalificar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo para la formación de maestros en beneficio de universidades privadas, como afirman la decana de la Facultad de Educación de la Universidad estatal, doctora Evarista Matías, y el rector de la Universidad Nacional Evangélica, doctor Salustiano Mojica. Bellaquerías como ésas no pueden llevarse a cabo en el marco de la discusión de un pacto por elevar la calidad de la educación como el propuesto por el Gobierno del presidente Danilo Medina.

Acreditada internacionalmente, la UASD es el referente obligado de la educación superior del país y artífice de los programas de post grados que se cursan aquí. En los últimos 30 años, de la Universidad estatal han egresado más de 20 mil profesionales de la educación junto a centenares de maestros y especialistas. Una alta proporción de los expertos y gestores que laboran en los ministerios de Educación y de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, son egresados y catedráticos de la UASD, incluyendo la mayoría de sus pasados y actuales titulares.

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