De la histeria a la paranoia… se va a la demagogia

De la histeria a la paranoia…  se va a la  demagogia

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Era domingo. Cruzaba la calle. De pronto escuché un motor. Mi corazón se aceleró y de un brinco salté la calzada. Al instante reparé en que… ¡era el delivery de una pizzería! ¡No pasa nada!, me dije mientras respiré aliviada. Entonces sentí una infinita tristeza. También indignación: ¡nos han robado la paz; estamos tan paranoicos que en ocasiones rayamos en la histeria!
No es a mí a la única que le ha pasado. He visto a varios amigos postear anécdotas parecidas en el Facebook: hasta memes han salido para ridiculizar ese miedo que sentimos cada vez que salimos de casa (es decir, todo el tiempo).
La respuesta para el Gobierno es enviar 300 efectivos policiales más -que no se han visto- a la calle y salir a ofrecer las declaraciones más demagógicas e irritantes que podíamos escuchar.
¿Cómo se le ocurre al flamante ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, decir que han estado y seguirán trabajando para reducir los actos delictivos cuando todos conocemos a alguien que ha sido víctima de una tragedia? ¿Cómo el noblísimo portavoz de la Presidencia, Roberto Rodríguez Marchena, va a la televisión a hacer una apología de logros en seguridad que se traducen en todo menos en seguridad ciudadana?
¿Acaso creen que con palabras huecas le devolverán la vida a Michel Valdez Boció, de 25 años, asesinado en Cancino para robarle el carro? ¿Cómo tranquilizarán a la familia de Agapito Alcántara, quien está en cuidados intensivos desde el sábado después que fue tiroteado para robarle un celular? Hay que tener mucha cara dura para intentar, con pura propaganda, tranquilizarnos. Así no será.

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