NUEVA YORK. AP. En el ocaso de sus carreras o retirados, muchos boxeadores acaparan titulares porque se declaran en bancarrota o tienen problemas con la justicia.
Oscar De La Hoya es un caso singularmente diferente: un deportista con buenos instintos para los negocios, que no se mete en líos, ni problemas.
Su empresa promotora, Golden Boy Promotions, se ha convertido en un emporio ascendente y el dinero le sobra para vivir con holgura, sin inconvenientes.
De La Hoya planea colgar los guantes al final de este año y con la publicación esta semana de su autobiografía le está dando repaso a una trayectoria en la que sobresalen la conquistas de títulos mundiales en seis divisiones diferentes y una medalla olímpica de oro.
Se trata de «Un Sueño Americano», en la que el estadounidense de origen mexicano habla sobre su carrera en el boxeo, sus negocios, su familia y su paso por la música.
Golden Boy no sólo se dedica al manejo de boxeadores y la presentación de veladas. La empresa acaba de adquirir una parte del Houston Dynamo.