POR TIM DAHLBERG
LAS VEGAS (AP).- Bernard Hopkins puso un final repentino a un combate muy apretado, la noche del sábado, mediante dos ganchos de izquierda al cuerpo de Oscar de la Hoya, para vencerlo en el noveno asalto y arruinar su intento por convertirse en el campeón indiscutible de los medianos.

Los golpes pusieron en la lona a De la Hoya, quien logró levantarse. Sin embargo, el referí Kenny Bayless detuvo el combate al 1:38 minuto del noveno episodio.

Mientras Hopkins celebraba, De la Hoya permanecía arrodillado, con las manos sobre el rostro. Dio varios puñetazos al piso, en señal de desesperación, tras ser noqueado por primera vez en su brillante carrera.

«Tenía urgencia por resolver la pelea»», dijo Hopkins. «No estaba seguro de si estaba ganando o no»».

Hopkins (45-2-1 con 32 nocáuts) estaba arriba en las anotaciones de dos jueces y tenía desventaja en la tercera tarjeta. Los contendientes se mostraron cautelosos durante la mayor parte de la pelea, pero Hopkins le puso fin con dos ganchos al hígado, para conservar su título absoluto de los medianos, en la 19na defensa.

«Fue un golpe bien colocado al cuerpo»», dijo De la Hoya.

De la Hoya (37-4, con 29 nocáuts) estaba abajo por 2-1 en los pronósticos de los apostadores, en lo que era apenas su segundo combate dentro de la categoría de los medianos. Enfrentó a un campeón que no había perdido en 11 años.

«Traté de hacer algo imposible para los expertos, vencer al campeón de los medianos, viniendo desde la división de las 130 libras (59 kilogramos)»», dijo De la Hoya.

Hopkins peleó con precauciones en la primera mitad del combate, dando motivos de optimismo a De la Hoya y a los espectadores que llenaron la arena MGM Grand. Muchos preveían que De la Hoya propinaría puñetazos intermitentes y eludiría el intercambio, pero su estrategia fue distinta.

Se mostró agresivo en muchos de los primeros intercambios, y avanzó constantemente hacia Hopkins.

«Vino a pelear»», dijo Hopkins. «No vino a correr ni a buscar un regalo de los jueces»».

Los espectadores, cuya mayoría estaba en favor de De la Hoya, lo alentaron desde el campanazo inicial, y se emocionaron cada vez que conectaba un golpe. Hopkins peleó pacientemente, pero a medida que avanzó la contienda, recibió instrucciones de redoblar el paso y de presionar más a De la Hoya.

Sin embargo, De la Hoya se mantuvo estoico hasta que llegó el abrupto final.

«Créanme, traté de levantarme pero no pude»», dijo.

De la Hoya pesó 70 kilogramos, por 71 de Hopkins.