POR TIM DAHLBERG
LAS VEGAS (AP).- Oscar De La Hoya conquistó una medalla de oro olímpica, ganó millones de dólares y fundó un imperio que incluye su propia compañía de promoción. Bernard Hopkins estuvo preso, peleó por bolsas insignificantes y esperó hasta los 39 años para conseguir su gran oportunidad.
Los dos boxeadores se enfrentarán esta noche por el título indiscutido de los medianos después de llegar por caminos diferentes a la que podría ser la pelea de mayor recaudación del boxeo mundial fuera de la división de los pesados.
De la Hoya trae su experiencia en grandes peleas y una reputación deslumbrante. Hopkins viene con la avidez que le produjo su necesidad de aferrarse a cada dólar que ganaba.
«Si me presentan un peleador rico y otro hambriento, me quedo con éste»», comentó Hopkins. «Estoy dispuesto a dejar el alma, el cuerpo y la vida en el cuadrilátero si de eso depende»».
Hopkins será rico después del sábado por la noche, ya que ganará por lo menos 10 millones de dólares para defender sus títulos. De la Hoya ganará mucho más, al menos 30 millones, por someterse a la pelea más arriesgada de su carrera.
«El muchacho de oro»» enfrentará a un campeón que ha defendido títulos 18 veces y que está invicto desde que Roy Jones lo derrotó hace once años.
«El motivo por el que acepté esta pelea es que sé que puedo ganar»», aseguró De la Hoya. «No estoy pensando en ninguna otra cosa, y todo lo que quiero son esos cintos. Créanme cuando les digo que esos cintos me pertenecen»».
Hopkins, que cumple los 40 en enero, es favorito por 2-1 en una pelea que enfrenta a un mediano natural, más grande y más fuerte, contra el desafiante que sólo ha tenido un combate en la división de los 72,5 kilogramos (160 libras).
Por primera vez en su carrera De la Hoya no será el favorito, algo que lo ha motivado de tal forma que se entrenó durante once semanas e hizo 50 asaltos más que lo habitual en su preparación. Posiblemente pesará un poco menos de 70 kilogramos (153 libras) y deberá apelar a su velocidad y lanzar combinaciones para compensar la ventaja física que le lleva Hopkins.
«?l no tiene mis piernas ni mi velocidad»», dijo De la Hoya. «Y, créanme, tengo potencia»».
De la Hoya, que a duras penas le ganó al casi desconocido Felix Sturm en su última pelea y que perdió con Shane Mosley en la anterior, ha dicho que será una de las últimas de su carrera en la que ha ganado unos 200 millones de dólares.
Hopkins (44-2-1, 31 nocauts) dice que su rival debería hacer sus planes de retiro porque no le puede ganar.
«Voy a imponer un ritmo infernal»», advirtió. «Va a ser un ritmo al estilo de Marvin Hagler-Tommy Hearns. Si él se da un respiro, les digo que todo terminará»».
Las entradas para la pelea en el MGM Grand Garden ya se agotaron desde hace tiempo, con una recaudación de 14 millones de dólares. El promotor Bob Arum dice que la recaudación por televisión paga podría superar los 1.400.000 telespectadores que encargaron el combate de De la Hoya con Félix Trinidad en 1999 para ser la mayor de un título fuera de la categoría de todos los pesos.
Mientras De La Hoya (37-3, 29 nocauts) ha sido un gran taquillero en la última década, Hopkins se ha pasado luchando con promotores, apoderados, agentes y todo el que sospechara que se quería aprovechar de él. Nadie cuestiona su talento, pero hasta ahora daba la impresión de que Hopkins parecía destinado a desperdiciar la oportunidad de ganar bolsas jugosas.
Pero llegó De la Hoya y todo cambió. Y Hopkins cree que es la hora de la reivindicación.
«Hace mucho tiempo dije que sería paciente, pero nadie me entendió»», dijo Hopkins. «No tengo nada que lamentar. ×Quién iba a suponer de todos modos que llegaría hasta donde llegué?»»
«He hecho un largo camino después de estar sentado en una celda de 1,50 por 1,50 metro sin medalla de oro, sin contrato de un fuerte patrocinador, sin un gran promotor»», agregó. «En estos momentos soy el boxeador más hambriento del mundo»».