Un día dedicado al amor que nos recuerde ser amorosos con los que nos rodean es hermoso, pero vivir en amor todos los días, es la plenitud de la vida, es el mandato principal, la esencia y el núcleo de las enseñanzas de Jesús.
Estas palabras de Jesús contienen toda la ley de vida: «Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y todos los profetas». Mateo 22: 37-40.
Estas palabras deben morar en nosotros para ser verdaderos soldados de Cristo. De nada nos sirve conocer perfectamente las escrituras, recitarlas de memoria y asistir a la iglesia «religiosamente» si en la vida diaria no somos capaces de ser cariñosos, amables, sensibles a las necesidades de los demás y comenzar por nuestros hogares, con nuestra familia, nuestros amigos y todos los que participen de nuestras circunstancias.
Evitemos todo lo destructivo, llena tu vida con optimismo, desecha el engaño, la vulgaridad, la negatividad, contagia tu entorno con palabras agradables, recuerda que no hay palabra mas amable que la palabra hiriente que no pronunciamos, no envidies a tu prójimo, «La envidia es el arte de contar las dichas ajenas en vez de las propias». Celebremos el amor que Jesús nos enseño todos los días de nuestras vidas y recibamos la recompensa, porque mientras más amor demos, mucho más amor recibimos.
Al permitir que la naturaleza amorosa de Jesús viva en nosotros, viviremos en una continua demostración de amor. Si todos los seres humanos fuéramos capaces de amarnos como Jesús nos enseñó, el mundo sería un precioso y bien cuidado jardín, un paraíso con una fuente de poder glorioso, porque el amor todo lo sana, todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo puede, todo lo perdona. El amor es el poder de Dios en acción.
Ámate y expande ese amor a tu alrededor. Es posible que no acabemos con el mal en el mundo, pero seguro nuestras vidas y las de los que nos rodean serán mucho mejores y mas felices.
Aprendamos nosotros y enseñemos a nuestros hijos a hacer las cosas por amor, no por presión, sabiendo que somos hijos de Dios hechos a su imagen y semejanza. Por lo tanto, nuestra naturaleza divina es ser amorosos y sensibles al mundo que nos rodea y al planeta en que vivimos.
Las palabras sabias de un hombre que ha sufrido, porque perdió a su esposa y a su hija en un accidente de aviación y más tarde le diagnosticaron escasos meses de vida, son una meditación profunda para todos. Así nos habla Facundo Cabral:
«Haz sólo lo que amas y serás
feliz. El que hace lo que ama,
está benditamente condenado
al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser,
será y, llegará naturalmente.
No hagas nada por obligación
ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin
esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me
levantó cuando se cayó el avión
con mi mujer y mi hija; la que
me mantuvo vivo cuando los
médicos me diagnosticaban
tres o cuatro meses de vida.»
La solución del mundo es EL AMOR. Por esto pedimos a Jesús que podamos ser capaces de comprender el poder del amor, de manifestarlo en todos los momentos de nuestras vidas y aprender cada día a darnos mas, a perdonar y a perdonarnos y que este «Día del Amor 2009» esté lleno de pequeños y amorosos detalles que podamos perpetuar para el resto de nuestras vidas.
¡Feliz vida en amor para todos!