De la mano de Jesús

De la mano de Jesús

Comienzan las vacaciones de nuestros niños y podría ser un tiempo invaluable para compartir y educar para la vida,  pero  la realidad es que los padres a veces no saben qué hacer con los chicos todo el tiempo en casa.  Tal vez sería una buena alternativa preparar un plan de convivencia y experiencias positivas en estos meses de vacaciones.

Esto requiere que los padres estemos conscientes de que para ser buenos padres hay que ser buenos educadores, buenos concientizadores, lograr que las lecciones sean tan efectivas que nuestros hijos sean capaces de actuar por convicciones y no por presiones. 

Por supuesto, esto es paso a paso, no es tarea fácil. Hay que dedicar tiempo para concientizarnos nosotros primero y estar preparados para ofrecer una educación de calidad a estas criaturas que vienen a nuestras vidas con la bendición de Dios y que amamos con todo nuestro ser.  Ellos son los  frutos de nuestro jardín personal que enviamos a la sociedad, a enfrentarse con la vida, para hacer la diferencia en el mundo del futuro.

¿Cómo lograr éxito en una responsabilidad tan importante en un mundo de falsos valores y de presiones sociales que minan la sociedad y en ocasiones alcanzan  a las familias?  Lo primero, orando siempre por nuestros hijos, por nuestra familia, por los educadores, por los colegios y por todo lo que de alguna manera toque sus vidas, en resumen….POR TODO.

En la oración está nuestra fortaleza, a través de esa comunicación hermosa con nuestro Creador y de la mano de Jesús lograremos la victoria.

A través de nuestra petición en la oración, el Señor nos envía mensajes orientadores que nos iluminan y a nuestras manos llega este libro  «20 virtudes para enseñarles» de Bárbara Unell y Jerry Wyckoff  que en general nos da pautas para ayudar en el difícil camino de ser buenos padres. Y como luz en ese camino, comparto con ustedes algunos de los conceptos y virtudes, que todos deberíamos aprender y enseñar a nuestros hijos:

La Tolerancia:  «Entender la posición de las otras personas y apreciar las similitudes y las diferencias ayudan a crear tolerancia»

La Imparcialidad: «Los niños deben aprender a superar su tendencia al egoísmo  y su inclinación a solo pensar en sus necesidades»

La Amabilidad: «Ser amable es brindar asistencia sin pedir nada a cambio.  Cuando un niño es amable, es porque entiende que debe ser considerado con las necesidades de los demás»

La Compasión: «Sentir el dolor ajeno y esto es algo que se aprende, los adultos deben enseñar a los niños con el ejemplo». Enseñarles a amar a su prójimo y a sensibilizarse con el mundo que  les rodea y el planeta en que viven.

El Respeto: «Darle importancia a los sentimientos de los demás». Debemos de respetar también a nuestros niños, porque es algo recíproco.

La Lealtad: «Una persona leal mantiene las promesas que hace. La lealtad involucra la alianza a una causa». Esta lealtad obliga a los padres a cumplir sus promesas.

El Buen Humor: «Ayudarles a ver la parte amable en cada caso de la vida y a reírse de sí mismos si es necesario». 

La Cortesía: «El buen ejemplo de los padres les enseñará lo esencial para convivir en la sociedad». 

La Paciencia: «Aprender a retrasar lo que se desea es parte del desarrollo de la paciencia».

La Valentía: «Se debe permitir que los niños tengan sus miedos, pero animarlos a creer que ellos son lo suficientemente fuertes para sobrevivirlos». 

Todas estas virtudes serán parte natural de la la vida de nuestros hijos en la medida en que las reforcemos con nuestros ejemplos, con nuestro amor y sobre todo, con la enseñanza de amar a su prójimo como a ellos mismos.

La enseñaza del amor es la luz de la vida, la fortaleza, la verdad y la victoria y reconocer la presencia de un amigo como Jesús en sus vidas, que siempre está a su lado, es la MEJOR herencia que dejaremos a nuestros hijos.

Aprovechemos todos de estas reflexiones para educar a nuestros hijos, y posiblemente nos vendrán muy bien a todos, porque son enseñanzas de vida que a veces olvidamos y que representan las diferencias entre los seres humanos viviendo en comunidad.

En días pasados celebramos el Día de las Madres y próximamente celebraremos, el Día de los Padres. Permita el Señor que estos días sean TODOS los días.  De parte de los hijos y de los padres que tenemos  la divina asignación de amar y educar.  Honremos todos tan importante y hermosa responsabilidad, te lo pedimos Señor en el bendito nombre de Jesús y te damos gracias porque nos escuchaste.

«Hijos, vosotros obedeced a vuestros padres con la mira puesta en el Señor, porque es ésta una cosa justa. Honra a tu padre, y a tu madre, que es el primer mandamiento que va acompañado con recompensa, para que te vaya bien y tengas larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no irritéis a vuestros hijos; más educadlos, corrigiéndolos e instruyéndolos según la doctrina del Señor».

Efesios 6, 1-4.
Amor y Paz a todos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas