Ciudad de Guatemala.- Desde 1996, la República Dominicana fue miembro observador del Parlamento Centroamericano, hasta agosto de 2010 cuando sus veinte diputados y diputadas representantes en este organismo regional fueron juramentados con plenos derechos al haber sido escogidos por el voto universal en las elecciones de mayo del mismo año.

La metodología de escogencia de la Junta Directiva del Parlacen, establecida en su Reglamento Interno al Tratado Constitutivo, cuya reforma aprobada en septiembre de 2010 le asigna atribuciones  vinculantes, presentaba  a nuestro país la gran oportunidad de asumir la presidencia del órgano político del SICA,  un año después que la bancada por el Estado de Panamá que la ocuparía en  2011.

Esa oportunidad del pueblo dominicano, a través de sus dignos representantes, habría significado un gran salto en el fortalecimiento del Sistema de la Integración,  y de  su política exterior  que bien ha diseñado el gobierno del presidente Leonel Fernández, si se hubiese sustentado en una demostración de  equilibrio, buen juicio y vocación unitaria, que redundara en beneficio del sistema democrático. 

El mismo día en que serían juramentados los diputados y diputadas en El Salvador comenzó a crecer la semilla del oportunismo, incluso, apostando algunos a la derrota de la bancada de Panamá, ante la actitud de su  gobierno de turno respecto a sus diputados en el Parlacen, en el compromiso de asumir la presidencia del mismo. Se fue imponiendo esa sutil y venenosa habilidad,  crecida y oculta en ciertas personas, para aprovechar cualquier oportunidad anteponiendo el beneficio personal a cualquier principio, y salpicó a la bancada dominicana, de modo tal que la unidad, compañerismo, actitud institucional y respeto mutuo, comenzaron a flaquear de algún modo,  en unos y en  otros, debilitando las normales relaciones políticas entre PLD y aliados y PRD y aliados; no obstante se fortalece visiblemente el “consenso PLD-PRD” entre una parte de sus parlamentarios. Los primeros, priorizando las alianzas con el PRD, principal partido de oposición en el escenario nacional, evidenciando lo que hace tiempo tiene un nombre en política: El oportunismo.

Desde entonces hemos mantenido una posición coherente y de principios, de rechazo a ese tipo de actitudes, como otros colegas de fuerzas aliadas al partido oficialista,  e incluso del propio partido, apegados al respeto mutuo y a la institucionalidad.

Surgido de ese “consenso” el candidato del partido oficialista a la presidencia del Parlacen, período 2011-2012,  la organización política que representamos en este organismo regional,  como aliados del PLD, Movimiento Izquierda Unida, MIU, difundió su opinión y posición respecto al referido candidato, de que no respaldamos su  escogencia a dicha posición,  porque no garantiza el equilibrio de la unidad ni el respeto mutuo en la diversidad.

Pese a que nuestra posición no cambiaría su escogencia, quisimos dejar constancia de la misma, con la certeza de la firmeza y la coherencia política;  porque según somos correctos y claros con los aliados, debemos también serlo con los demás.