Recientemente, participé en un seminario que organizó el Observatorio Político Dominicano (OPD), con el objetivo de analizar datos que permitan profundizar en la comprensión de los feminicidios, contribuir a la visibilidad del problema y a la construcción de políticas públicas efectivas.
En la actividad, la coordinadora de comunicaciones del Observatorio, Cinthia Lazala, moderadora del panel en el que me tocó exponer, junto a las colegas Tatiana Rosario, Diulka Pérez y Anibelca Rosario, me preguntó qué entiendo ha faltado a los-as tomadores de decisiones en el país en relación a este tema. Mi respuesta no se hizo esperar: voluntad política, coherencia, compromiso real e integralidad.
Y es que hay líderes políticos que sólo recuerdan a las mujeres dominicanas y sus problemas el ocho de marzo y el 25 de noviembre. Ellos y ellas, legisladores (as), ministros (as), alcaldes (as) y funcionarios (as) en general, deben entender que las violencias y vulneraciones de derecho que sufrimos en la sociedad no desaparecen automáticamente ni el nueve de marzo ni el 26 de noviembre.
Es por eso por lo que en un país donde en promedio, según datos de la Procuraduría General, anualmenteasesinan a 200mujeres; donde un ejercicio que debería ser natural y seguro, como el de parir, tiene la cuarta tasa de mortalidad más alta de la región y donde las denuncias de violencia sexual y acoso, a septiembre de este año, ascienden a dos mil 900, y donde precisamente, fueron asesinadas las mujeres que inspiraron y motivaron que a nivel internacional el mundo dedique un día para reflexionar acerca de las violencias contra las mujeres, es necesario que los tomadores de decisiones discurseen menos y trabajen más.
Que demuestren con hechos, no con palabras, su compromiso con la vida, salud y dignidad de las mujeres. Que aprueben políticas públicas integrales y que sepan que las mismas deben ir acompañadas de una perspectiva de género que asegure se considere el impacto diferencial que tienen en hombres y mujeres para de esta manera evitar seguir perpetuando la inequidad.
Para muestra un botón. En el Congreso reposa, desde hace años, un proyecto de ley orgánica para la “Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra la Mujer”, y aunque pienso que los cambios sociales no se dan sólo por la ley, entiendo que la aprobación de esta pieza es significativa debido a que trabaja el tema de manera integral y apuesta además al cambio cultural y educativo.
Por eso, si es verdad que en este país hay legisladores y funcionarios interesados en la vida de las mujeres, que aprueben esta ley antes que se acabe el año y que pasen así de la palabra a los hechos.