El Presidente Danilo Medina está entre los pocos políticos de este país que se esfuerzan por rubricar con los hechos lo que han prometido en palabra. Su compromiso con la educación es, tal vez, una de las pruebas más elocuentes de esa característica. De ahí que en su discurso ante la XXIV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el mandatario dominicano se refiere a metas ya alcanzadas en el cumplimiento de su promesa electoral: la inversión del 4% del PIB en educación, un mandato de ley que fue repetidamente desobedecido, eliminar el analfabetismo, instauración de la tanda extendida, eliminación del déficit de aulas, esfuerzos por mejorar la capacidad del maestro y muchas otras acciones en esa dirección.

Hasta ahora, ningún otro político se había tomado tan en serio sus propias promesas de impulsar el desarrollo humano por medio de la educación, la herramienta más idónea para engrandecer al hombre y sacarlo de las tinieblas de la falta de conocimiento. En la Cumbre Iberoamericana, el Presidente Medina ha hablado de una revolución educativa que, aún con sus limitaciones e imperfecciones, es un hecho que deja como constancia los beneficios que están recibiendo miles de niños y adolescentes en las escuelas públicas de todo el país. Es de justicia reconocer que el Presidente Medina hace esfuerzos por convertir la República Dominicana en una sociedad del conocimiento.

ENTRE AVANCES Y RETROCESO

El doble trasplante de hígado y riñón hecho por el equipo especializado del Hospital General de la Plaza de la Salud, a una mujer en condiciones de salud muy críticas, constituye un indiscutible paso de avance en el desarrollo de esta especialidad en nuestro país. Con estos, van 174 trasplantes que practica el referido centro, lo que pone por lo alto su crédito profesional. Este diario expresa su reconocimiento al equipo de cirujanos coordinado por el doctor Jiomar Figueroa.

Sin embargo, es una pena que las serias limitaciones del Sistema Dominicano de Seguridad Social hacen que estos avances científicos, por sus altos costos, queden fuera del alcance de la inmensa mayoría de los dominicanos. La exclusión de la seguridad social no solo se manifiesta en el número de los que no están cubiertos por sus beneficios, sino también porque entre los que están, pocos tienen acceso a estos avances.