De la redacción al púlpito

De la redacción al púlpito

En la isla de Puerto Rico se fundó en el año 1919 el periódico El Mundo, cuyo director lo fue el señor Romualdo Real.

Once años más tarde, el medio había alcanzado una gran popularidad, al tiempo que los medios de comunicación surgían con mucha profesionalidad en la Isla del Encanto.

Para entonces, El Mundo contrató a un talentoso periodista de nombre Luis Magín Ortiz Marrero.

Era la época cuando se perfilaba una nueva configuración social en Estados Unidos tras la Gran Depresión.

Por su capacidad versátil, hábil y prodigiosa, el joven Ortiz Marrero se encargó de cubrir los temas importantes en el contexto del nuevo orden.

Su futuro dentro del mundo de la comunicación apuntaba a buenos éxitos.

Sin embargo, cuando más consagrado estaba a la tarea de informar, Luis M. Ortiz reveló que abandonaría el oficio para dedicarse a propagar desde un púlpito el protestantismo que con fervor había abrazado.

El director y los compañeros trataron de hacerlo cambiar de parecer, pero terminaron reuniéndole los primeros fondos para que se ayudara en su tarea espiritual.

Para el momento de su muerte, el 25 de septiembre del 1996, Ortiz había plantado cientos de iglesias en los cinco continentes de la tierra, estableció poderosos medios de comunicación protestantes y estableció centros importantes para la enseñanza de la Palabra de Dios.

Solamente en República Dominicana, en donde recorrió pueblos, campos, bateyes y ciudades en el 1943, hoy hay establecidas unas doscientas congregaciones pertenecientes al Movimiento Misionero Mundial.

Fue evidente que la capacidad de comunicación que le caracterizó en el ejercicio del periodismo escrito, también la transfirió al llamado y a la vocación espiritual que sintió durante toda su vida y que fue su fuerte en la difusión del mensaje de Jesucristo.

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